El Ibex 35 dejaba escapar a media sesión una nueva cota, la de los 9.700 puntos, tras experimentar un retroceso del 1%, con el que continúa la tendencia bajista reinante en la mayor parte de la semana.

El selectivo no consigue levantar cabeza desde que el pasado martes se viera impactado por los resultados negativos de las Bolsas estadounidenses y asiáticas. Esta semana solo ha logrado cerrar un día en verde y al cierre de la jornada de ayer acumulaba una caída semanal del 4,66%.

En esta sesión, al contrario que en otras, muchos valores se situaban en terreno positivo, con Acciona en cabeza. La compañía fue suspendida de cotización antes de la apertura de mercado al calor de rumores sobre que su filial energética se encontraba negociando con CountourGlobal la posible venta de su negocio de plantas termosolares, valorado en casi 1.500 millones de euros. Estas negociaciones están suspendidas, según ha informado la empresa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

La compañía que preside José Manuel Entrecanales ha regresado al parqué a las 9.45 horas y a mediodía lograba subir un 1,25%, hasta los 67,72 euros por acción.

Le seguía de cerca Técnicas Reunidas, con un avance del 1,17% que situaba el precio de sus títulos en los 25,86 euros. También se situaban en la parte alta de las revalorizaciones Mediaset (,88%), Viscofan (,85%), Gas Natural (,78%), Acerinox (,72%) y Meliá (,46%).

Por el contrario, la banca lideraba los descensos a media sesión. Bankia se ponía en cabeza con un retroceso del 1,91% y le seguían Bankinter (-1,9%), Sabadell (-1,76%), Santander (-1,46%), BBVA (-1,45%) y CaixaBank (-1,17%).

En el resto de Europa, las Bolsas tampoco conseguían situarse en terreno verde, si bien experimentaban retrocesos menores que el del selectivo nacional. El parqué de París se dejaba un 0,47%, el de Fráncfort un 0,35% y el de Londres un 0,21%.

Mientras, en los mercados de deuda, la prima de riesgo española se situaba en los 68,1 puntos básicos, con la rentabilidad del bono a diez años en el 1,449%. En los mercados de divisas, el euro se intercambiaba por 1,22447 dólares.