El Papa ha señalado, durante homilía de la misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta, que "el pecador puede llegar a ser santo" mientras que "el corrupto, no".

"Un pecador puede llegar a ser santo. Pero Salomón fue rechazado porque era corrupto. Un corrupto no puede convertirse en santo. Y a la corrupción se llega por ese camino del debilitamiento del corazón. Vigilancia. Todos los días hay que vigilar el corazón", ha afirmado.

Francisco ha explicado, a partir de la lectura propuesta por la liturgia del día, tomada del primer Libro de los Reyes, que narra las vicisitudes de Salomón y de su desobediencia, que David es santo, a pesar de haber sido un pecador, mientras que el grande y sabio Salomón fue rechazado por el Señor porque se había vuelto corrupto.

El Pontífice ha explicado que cuando "el corazón comienza a debilitarse" no es como una situación de pecado en la que uno comete el pecado y se da cuenta "en seguida", sino que "es un camino lento, que resbala poco a poco". "Y Salomón, adormecido en su gloria, en su fama, comenzó a recorrer este camino", ha sentenciado.

Así, ha señalado que paradójicamente "es mejor la claridad de un pecado que el debilitamiento del corazón" porque "el gran Rey Salomón terminó corrupto: tranquilamente corrupto, porque el corazón se le había debilitado". "Y un hombre y una mujer con el corazón débil, o debilitado, es una mujer, un hombre derrotado. Éste es el proceso de tantos cristianos, de tantos de nosotros. No, yo no cometo grandes pecados. Pero, ¿cómo está tu corazón? ¿Fuerte? ¿Permanece fiel al Señor? ¿O tú resbalas lentamente?", ha concluido.