La Fiscalía pedirá la absolución de J.S.M. por la muerte de J.C.R., al considerar que actuó en defensa propia al disparar contra este último cuando entró en su vivienda con la intención de robar. Lo que sí solicitará el Ministerio Público es una pena de dos años de cárcel por tenencia ilícita de armas. El juicio con jurado tendrá lugar a principios del próximo mes de abril y se centrará en esclarecer lo ocurrido en la noche del 1 de marzo de 2015. J.C.R., acompañado de un menor, y en connivencia con varios individuos más encausados en otro procedimiento, acudieron a la finca situada en Arafo propiedad del acusado de homicidio.

Los dos jóvenes se personaron en el lugar, mientras los demás esperaban en los exteriores de la finca, supuestamente con la intención de sustraer los objetos de valor que pudieran encontrar. Para ello iban ataviados con ropas oscuras y guantes y se cubrían los rostros con caretas, a fin de evitar ser identificados. En la mochila portaban una pistola simulada y un instrumento cortante que se usa en carpintería (formón).

En el interior de una habitación anexa a la vivienda se encontraron con el propietario, que, en aquel entonces, tenía 80 años y le exigieron que les llevara hasta la caja fuerte. El ruido alertó a la esposa y cuñada del acusado de 69 y 64 años, quienes al asomarse por la ventana interior fueron insultadas, mientras seguían agrediendo y golpeando al propietario para que abriera la puerta del domicilio.

Una vez dentro, se enfrentaron al matrimonio, ya que la cuñada logró esconderse, y pese a que ambos mantenían una actitud de colaboración con los asaltantes, intentando tranquilizarles y asegurándoles que les iban a entregar las tarjetas de crédito, estos continuaron amedrentando a los ancianos. Agredieron a la esposa en reiteradas ocasiones y, mientras les suplicaba en voz alta que no le pegaran más, por el contrario la golpearon con un palo y aplastaron la mano entre el marco y la puerta de la habitación. El clima generalizado de violencia se iba incrementando y más aún cuando los asaltantes seguían haciendo uso de instrumentos peligrosos como palos o barras de hierro y exigiendo con gritos la entrega de dinero con amenazas e insultos. El propietario de la casa logró convencerlos para que le dejaran entrar a otra habitación a buscar objetos de valor, aunque lo que hizo fue coger una pistola que tenía guardada, pese a carecer de licencia, y regresó a la sala. Primero, intentó intimidarlos y, de hecho, el menor optó por huir aunque el otro intruso se enfrentó a él con el palo en la mano diciendo que lo iba a matar. Según la Fiscalía, "ante la ausencia de cualquier otra alternativa y dado el clima de temor a la pérdida de la propia vida que los asaltantes habían ocasionado, el dueño de la casa realizó dos disparos".

Un tiro a la pared y otro al atracador

Uno de los disparos efectuados por el dueño de la casa impactó en la pared y el otro fue a parar al lado izquierdo del rostro del joven, desgarrándole la yugular. Con esta herida se trasladó hasta el patio trasero de la vivienda, donde se desplomó y falleció casi inmediatamente. Por su parte, el ahora encausado y su esposa sufrieron diversas heridas, estrés postraumático y determinadas secuelas.