¿Cómo vivir después de la muerte de un hijo? Pregunta de difícil respuesta que intenta responder el antropólogo y profesor de Enfermería, Alfonso García, quien aseguró que hablar de ello es un "tabú social", pero insistió en la necesidad de hacerlo y pasar "un duelo constructivo"

García imparte estos días un taller sobre "El morir, la muerte y el duelo" en Tenerife, en el centro cultural Los Cristianos, dirigido a la población en general, y que tiene como objetivo la enseñanza de conocimientos en torno a la muerte, el entendimiento de la pérdida y proceso del duelo, explicó en una entrevista a Efe.

El enfermero, que es autor del libro "Vivir el duelo. La experiencia de perder un hijo", una obra que analiza la experiencia de más de 40 padres que han perdido a sus hijos, reconoció que cómo vivir después de la muerte de un hijo es la pregunta "del millón" a la que se enfrentan los padres que acuden a sus talleres o consulta.

Y es que cada uno lo resuelve de una manera diferente, aunque para ello es necesario hacer previamente "tareas de duelo", que pasan por que los padres lleguen a entender que el duelo es para toda la vida, aunque a medida que pasa el tiempo irrumpe con menor aflicción y frecuencia.

No recordar a la persona con dolor, ése es básicamente el trabajo que se debe de realizar en el proceso de duelo, explicó el especialista, quien destacó que muchos padres continúan el vínculo con los hijos que han fallecido y buscan fórmulas para ello.

Mantener su Facebook, su habitación intacta o llevar una foto en la cartera son algunas de las cosas que hacen los padres, de manera saludable, para seguir "conectados" de alguna manera con su descendiente.

El consuelo que lleva a los padres a escribir un comentario en el Instagram de su hijo muerto no es malo, aseveró García, quien indicó que quien pierde es consciente "y sabe mejor que nadie que su ser querido no va a volver", pero, en ocasiones, necesita mantener sus pertenencias como memorial.

No obstante, el duelo depende del vínculo que se tenga con el que falleció y no tiene tanto que ver con los tiempos, añadió el enfermero, quien considera negativo que se esté quitando peso a la cultura de la muerte y, por ejemplo, los niños no vayan a funerales, decisión que lanza un mensaje: "No están capacitados para enfrentarse a la muerte, que es un tabú".

"No se habla porque es desagradable", manifestó García, quien indicó que habitualmente la sociedad reacciona enfadándose, lo que es más habitual en los hombres, que, de forma general, muestran inicialmente menos emociones y sentimientos que las mujeres.

Sin embargo, su experiencia le ha demostrado que todas las personas necesitan sentirse acompañadas y hablar, ya sea con un amigo o un experto, sobre la pérdida que han sufrido.