El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean Claude Juncker, se refirió hoy a las ideologías nacionalistas como el germen de "la guerra" en Europa, durante un coloquio con el expresidente del Gobierno español Felipe González.

"Mitterrand decía que el nacionalismo es la guerra. Y es verdad", declaró el máximo responsable del Ejecutivo comunitario, a quien aplaudió el auditorio al ilustrar su argumento con una cita del presidente de Francia entre 1981 y 1995, François Mitterrand.

En una conferencia organizada por el diario El País en Bruselas y titulada "España en Europa: un futuro en común", Juncker repasó con González el legado de España desde su ingreso en el proyecto comunitario en 1986 y algunos de los desafíos a los que actualmente se enfrenta la Unión Europea.

Y entre los retos de la Unión Europea se refirió al populismo como "la gran amenaza", no tanto por los partidos que abrazan esa forma de hacer política sino por los partidos tradicionales que los imitan", destacó.

Para ilustrar lo arraigado que está el nacionalismo en el continente, el político luxemburgués, de 63 años, recordó como anécdota que cuando estudiaba Derecho en Estrasburgo, los alsacianos decían que iban "a Francia" cuando salían de esa región francesa que Alemania y Francia se han disputado durante los últimos siglos y que actualmente alberga la sede del Parlamento Europeo.

Juncker, que no se refirió expresamente al desafío independentista catalán, sí repasó la contribución de España a la construcción europea al señalar que el país "se ha comportado como uno de los Estados miembros fundadores" en sus más de tres décadas dentro de la UE, tiempo en el que ha logrado "desmontar una serie de prejuicios".

Entre los desafíos actuales del proyecto comunitario, Juncker reiteró que convendría fusionar la Comisión Europea, el brazo ejecutivo, con el Consejo Europeo, que representa a los Estados miembros, y se refirió las negociaciones del "brexit" con el Reino Unido.

"La primera fase de negociación fue más fácil de la que tenemos por delante, aunque fue muy difícil", dio el presidente de la CE, quien auguró que ahora será más complicado "mantener la unidad de los Veintisiete".

Juncker vaticinó que habrá distintos grupos de presión, como empresas multinacionales, que intentarán "convencer a los Gobiernos", ante lo que reforzó la idea de que los Veintisiete deben "mantener el orden en la casa de Europa".

Durante la conferencia, el auditorio aplaudió espontáneamente cuando se mencionó el nombre de Manuel Marín, que fue vicepresidente de la Comisión Europea recientemente fallecido y uno de los políticos que negoció la entrada de España en 1986 en la, entonces, Comunidad Económica Europea.