La fiscalía sueca acusó hoy formalmente al uzbeko Rakhmat Akilov, autor confeso del atentado con un camión en el centro de Estocolmo en el que murieron cinco personas en abril, de un delito de terrorismo.

Akilov, que hirió a 14 personas más, intentó sin éxito hacer detonar una bomba hecha con bombonas de butano y objetos de metal, tras estrellarse contra unos grandes almacenes, según el escrito de acusación presentado hoy ante un tribunal de Estocolmo, en el que se le imputa también intentar matar a otras 130 personas.

Aunque actuó solo, el fiscal afirma que discutió con anterioridad la posibilidad de cometer un atentado con otras personas, recibió información de cómo fabricar bombas y, desde el camión robado que usó en el ataque, intercambió mensajes y envió fotos a un individuo.

El uzbeko, de 39 años y que tenía una orden de expulsión de Suecia tras serle rechazada su solicitud de asilo, trató de convencer a otro peticionario chechén residente en la región de Skåne (sur del país) para que lo ayudase a "atropellar a infieles" un mes antes del atentado.

La acusación resalta también el interés de Akilov por el grupo terrorista Estado Islámico (EI) y que, antes del ataque, vio en su teléfono móvil un "discurso islamista" que incluía la expresión "es hora de morir" y se grabó jurando lealtad a esa organización.

Las autoridades suecas ya habían confirmado días después del atentado las simpatías por el EI del uzbeko, que según la acusación se ofreció a realizar un atentado en nombre de la organización, aunque este grupo nunca se ha atribuido la autoría del ataque.

Akilov, que inspeccionó y tomó fotos de varias calles del centro de la capital sueca en días previos al ataque, recorrió casi 600 metros de la principal calle peatonal de Estocolmo el 7 de abril atropellando a viandantes hasta estrellarse contra la fachada de unos grandes almacenes.