Con mucha expectación, Palomo Spain ha presentado una colección en el Teatro Real, que por vez primera abrió sus puertas a la moda, para acoger unos diseños para hombre valientes y descarados, bien confeccionados, que tras el desfile condensó en un diorama, al más puro estilo del Palacio de Riofrío.

Con música en directo, precedida de unos cantos de pájaros enlatados para crear ambiente campero, el diseñador cordobés Alejandro Gómez Palomo, alma de la firma Palomo Spain, ha presentado su sexta colección, la misma que presentó en París hace menos de quince días, pero con distintos estilismos.

Es un trabajo que se mueve cerca de la alta costura y que demuestra que Palomo Spain es ropa para hombres. "He dejado a un lado las etiquetas, me cansaba que se hablara más de la feminidad que del diseño masculino", ha explicado hoy este diseñador que admira a Balenciaga y Pertegaz.

Sus diseños no son un carnaval, sino una serie de prendas, piezas cargadas de ricos brocados y cuidados detalles, que hablan de ternura, de valentía, de masculinidad, de sofisticación, de poesía, de arte y de su pueblo.

Tras escuchar una historia de caza furtiva que le contaron unos chavales de su tierra, Pajares (Córdoba), este joven creador de 25 años ideó su propia montería en la que no tenía cabida la tradición, sino la rebeldía, la transgresión y el gusto palaciego de la Casa de Austria.

Tomando como modelo a Felipe IV en uno de los lienzos del pintor sevillano Diego Velázquez, Palomo propone jubones, calzones conjuntados con pantalones a modo de botas mosqueteras, "tops" ajustados, faldas, capas, hermosas blusas y chaquetas con volumen en las mangas junto a impecables cuellos blancos, que en el siglo XVII se llamaban gorgueras.

Palomo ha recuperado el "tweed", el tartán y la lana en capas, los pantalones estampados y un sinfín de aperos de caza como el cinturón para llevar los cartuchos o las anillas para portar las piezas abatidas.

"Para hacer esta colección hemos volado", ha explicado Palomo, que en menos de tres semanas tuvo que confeccionarla "con tan solo ocho costureras para llegar al calendario de París".

En el desfile del diseñador español con más proyección internacional también hubo fabulosas plumas -faisán, pato, marabú o cola de gallo- que decoraban los exquisitos tocados de la sevillana firma Tolentino y también el vestido de novia, que lució su pareja, Pol, que cerró y selló cuando recibió el beso de Alejandro Gómez Palomo.

En muy poco tiempo, algo más de dos años, los diseños de este cordobés han dado la vuelta al mundo, desde Nueva York a Moscú pasando por París, donde este año ha inaugurado la pasarela masculina.

"Mi intención es seguir desfilando en París y compaginarlo con Madrid, allí es donde se cuece todo", ha dicho.

El creador, que hasta ahora había apostado por tonos saturados, ha preferido sustituir el brillo por una paleta austera, en verdes y marrones, tonos que colorean "la Sierra Morena que veo desde la ventana de mi taller", con la que ha disfrutado "muchísimo", ha evocado el diseñador, que desea "expandir la firma y hacer una marca redonda, incluso llegar a la alta costura".

Pero mientras eso ocurre, el diseñador no deja de crear y de soñar, y entre esos deseos se imagina siendo el director creativo de Chanel o "aún mejor", de Jean Paul Gaultier, "donde encajaría perfectamente", ha confesado risueño.

A Palomo, que ha vestido a estrellas como Rita Ora o Beyoncé en momentos importantes de sus vidas, le encantaría crear para Tilda Swinton y le hubiera encantado diseñar la ropa de Michael Jackson, "aunque disfruto igual mis diseños cuando los viste mi novio".

Alejandro Gómez Palomo, este chico de pueblo que creció con una buena colección de muñecas Barbies a las que confeccionaba sus modelos favoritos y que estudió a Londres, mantiene las raíces de su tierra, su seña de identidad y también los pies en el suelo, aunque sus alas no dejan de volar.

El desfile de Palomo Spain echa el cierre a la 67 edición de la pasarela Mercedes Benz Fashion Week Madrid en la que por cuarta vez Juanjo Oliva ha sido galardonado con el Premio L''Oréal París a la Mejor Colección, en esta ocasión con su otra firma, Oliva.

Mientras que la joven madrileña Lucía López, de 18 años, se ha alzado con el galardón a la Mejor Modelo.

Antes, Isabel Núñez presentó una series de vestidos de líneas geométricas que fluían de vaporosas sedas junto a otras prendas de corte masculino inspiradas en la obra de la pintora Tamara Lempicka.