La casona de San Jerónimo, en el polígono industrial y comercial de La Orotava, es patrimonio de todos los canarios por su interés arquitectónico y porque pertenece a la empresa pública Gestur, adscrita a la Consejería de Hacienda del Gobierno de Canarias. Un patrimonio público que en la actualidad está en peligro, a merced del expolio y del vandalismo.

Esta semana, EL DÍA pudo comprobar que el inmueble estaba abierto, con varias puertas forzadas, y numerosos destrozos en su interior. La falta de vigilancia y de atención colocaron a este inmueble, rehabilitado a finales del siglo XX con dinero público, en una situación de alto riesgo.

Fuentes de Gestur han asegurado a este periódico que actuarán en los próximos días para limpiar el interior y asegurar puertas y ventanas para evitar nuevos destrozos y robos.

Desde la empresa aseguran que el contrato de arrendamiento del inmueble a un inversor privado expiró el 30 diciembre de 2017, por lo que en los últimos días se había quedado sin vigilancia.

Este último arrendamiento fracasó por la imposibilidad de legalizar la actividad que planteaba el promotor, que debía encargarse de reparar todos los desperfectos que dejó en el inmueble una antigua discoteca. Cuyas marcas aún son visibles incluso en la fachada, marcada con pintadas sin valor artístico.