Nicolás Maduro ponderó hoy 2017 como un año "heroico" para Venezuela, que atraviesa una profunda crisis económica, y proyectó para 2018 un triunfo de la llamada revolución bolivariana que lidera en las elecciones presidenciales.

"El 2017 quedará marcado como el año heroico, el año de la recuperación de la conciencia y de las fuerzas mayoritarias de la revolución", dijo el presidente venezolano al presentar su informe anual ante la Asamblea Constituyente.

Este órgano, integrado solo por oficialistas, no es reconocido por el Parlamento ni por buena parte de la comunidad internacional.

El jefe del Estado auguró un 2018 "victorioso" para el chavismo, y expresó su deseo de medirse en las urnas con la oposición en las elecciones presidenciales que por mandato constitucional deben realizarse este año, aunque todavía no han sido convocadas.

En este sentido, señaló que la oposición "está tramando una jugada para retirarse de las elecciones presidenciales del año 2018 y jugar adelantado", por lo pidió al país y a la comunidad internacional estar alerta.

Maduro aseveró que su Gobierno trabajará "para que haya elecciones realmente participativas, ejemplares, pulcras (...) con ellos o sin ellos", en alusión a sus opositores.

Dijo también que todos los puntos del diálogo político que sostiene su Gobierno con la oposición desde el 1 de diciembre en República Dominicana ya fueron acordados y redactados.

Explicó que no se han firmado ni publicado acuerdos entre las partes porque la delegación de la oposición, "una vez que había dicho que sí, el viernes en la noche recibió la llamada de Washington, Bogotá y Madrid y los echaron para atrás".

Justamente en estas conversaciones, y con miras en las presidenciales, el antichavismo busca lograr la renovación del Poder Electoral por considerarlo un ente partidista que solo favorece al Gobierno.

Al hablar sobre indicadores económicos, Maduro aseguró que la pobreza extrema en el país se mantuvo en el 4,4 % en 2017, igual que en 2016, mientras que el índice de desempleo, dijo, bajó al 6 %, frente al 7,5 % del año anterior.

El mandatario dijo que bajar los índices de pobreza cuesta porque la "guerra económica" -una teoría con la que su Gobierno culpa a opositores y empresarios de la crisis- pretende "afectar a los humildes, afectar a los pobres, aumentar la brecha de la pobreza".

El Gobierno se había propuesto para el año pasado bajar el índice de desempleo al 4,5 % y el de la miseria al 4 %.

Maduro destacó como un récord mundial el porcentaje de inversión social durante el año pasado, que, aseguró, fue del 74,1 %, y detalló el crecimiento de varios programas sociales.

Entre ellos, celebró que su Gobierno haya empezado a hacer frente a la escasez de alimentos a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), un sistema que vende cajas de comida a precios subsidiados y que espera que alcance este año a seis millones de hogares.

El presidente venezolano cifró en poco más de 1.930.000 el número de casas asignadas a través del programa Misión Vivienda, y en un 93,1 % el total de personas mayores que han recibido una pensión del Estado.

Además, recordó que fue él quien convocó la creación de una Asamblea Constituyente que ha traído paz al país, según dijo, luego de los meses de protestas que se saldaron con más de 120 muertos.

El mandatario describió esa época como "120 días de terror mediático" y felicitó al pueblo venezolano por haber "aguantado tanto sufrimiento e incertidumbre" por unos hechos que, reiteró, fueron culpa de la oposición y de gobiernos extranjeros.

También se refirió al desmantelamiento del grupo de rebeldes liderado por el policía Oscar Pérez y, tras felicitar a las fuerzas de seguridad, señaló que era una "banda terrorista" financiada desde Colombia que planeaba hacer explotar un coche bomba frente a una embajada.

Por último, Maduro pidió a su Gobierno "preparar las condiciones para la llegada de un tiempo nuevo de futuro" y "convertir el año 2018 en un año verdaderamente de avance".