La concejala de Gestión Económica del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz, Sandra Rodríguez (CC), anuncia que el presupuesto municipal para 2018 aumenta un 17% respecto a las cuentas prorrogadas de 2016 y superará los 37,4 millones de euros, "un presupuesto que, después de cinco años, es el primero libre de deuda, sin ajustes ni restricciones, lo que permitirá incrementar el gasto y la inversión y, además, reducir la presión fiscal que soportan los vecinos, en más de 2 millones", detalla.

Para Rodríguez, las cuentas de este año permitirán "empezar a devolver a los vecinos el esfuerzo realizado durante la época de ajustes, así como mejorar los servicios básicos, "con tres millones de euros más"; reducir el recibo del IBI, y recuperar las subvenciones culturales, deportivas y de carnaval, que tuvieron que suspenderse desde 2012".

"Salir del plan de ajuste y acabar con la deuda tenía este objetivo: devolver a los portuenses el esfuerzo realizado en un momento en el que se optó por ajustar el gasto en servicios básicos para no cerrar la UPM, el museo, la escuela de música o la escuela infantil Jacaranda", insiste Rodríguez.

El incremento del presupuesto en 5,5 millones permitirá destinar 1,2 millones a inversión directa y adquirir nuevos vehículos para la Policía Local, asfaltar vías o redactar el proyecto para el traslado del campo de fútbol de El Peñón, entre otras muchas actuaciones.

El gasto de personal supondrá el 39,98% del total debido a la obligación de incorporar los costes de sentencias y la aplicación del convenio del personal laboral de 1998, que el gobierno ha denunciado y se debe renegociar.

El alcalde, Lope Afonso (PP), subraya que el presupuesto de 2018 es el primer que llega tras lograr dejar a cero la deuda con los bancos, "lo que deja más margen de maniobra para que el gobierno pueda plasmar su proyecto para la ciudad. Seguirán siendo unas cuentas sociales, que permitirán incrementar las partidas que en años anteriores resultaron insuficientes para servicios esenciales e inversiones propias".

Para Afonso, "serán unas cuentas más dinámicas, expansivas en el gasto y que estimularán también la actividad privada".