La canciller alemana, Angela Merkel, se reunió con su aliado bávaro, Horst Seehofer, y el líder socialdemócrata, Martin Schulz, para preparar la ronda de conversaciones con las que intentarán formar gobierno, pasados los cien días desde las elecciones generales.

De la cita de hoy no se espera ningún acuerdo concreto, ya que hasta el domingo no comenzarán formalmente las reuniones de "sondeo", como se denomina en la terminología berlinesa a la primera fase de las negociaciones.

Hoy, según señaló Schulz a los medios antes de comenzar el encuentro, se abordarán cuestiones técnicas, como el formato de las reuniones o lo grupos de trabajo que se crearán, pero no se hablará de contenidos.

El líder de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), Seehofer, aseguró que el objetivo de su partido y de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel es "hacer todo lo posible" para lograr un gobierno y "acuerdos sensatos".

No obstante, son precisamente las reivindicaciones de la CSU y su petición para endurecer la política de refugiados las que pueden entorpecer el diálogo.

Los socialcristianos, que celebrarán a partir de mañana una convención en el convento bávaro de Seeon y que ven en peligro la mayoría absoluta con la que gobiernan en ese estado federado, que este año celebra elecciones regionales, abogaron el martes por recortar las ayudas a los refugiados y reforzar la vigilancia sobre los peticionarios de asilo menores de edad.

A pesar de ser partido hermano de la CDU, la CSU fue durante la pasada legislatura una de las fuerzas más críticas con la política de refugiados liderada por Merkel, al entrar por Baviera (estado situado en el sur de Alemania) la mayoría de los alrededor de 1,3 millones de solicitantes de asilo que ha acogido el país desde 2015.

El Partido Socialdemócrata (SPD), donde diversos sectores rechazan formar una nueva gran coalición con Merkel después de haber obtenido los peores resultados de su historia en los comicios de septiembre (20,5 % de los votos), celebrará un congreso extraordinario el próximo 21 de enero.

Allí se decidirá si se pasa de los "sondeos" a las "negociaciones" propiamente dichas, en las que se debería debatir un programa concreto de gobierno.

Schulz, que tras los malos resultados electorales descartó una nueva gran coalición con Merkel, ha garantizado además que cualquier acuerdo será sometido al voto de los militantes.

El expresidente del Parlamento Europeo se abrió al diálogo después de que fracasara el intento de la canciller de formar gobierno con liberales y verdes y de que el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, llamara a la reflexión.

En diciembre un congreso del partido le dio la autorización para comenzar a hablar con el bloque conservador con todas las opciones abiertas, desde otra gran coalición, a un apoyo externo a un gobierno en minoría, aunque esta última fórmula no es del agrado de la canciller.