El Ministerio de Educación y las comunidades autónomas acordaron ayer, pese a la discrepancia de las socialistas, que las pruebas de las oposiciones para docentes sean eliminatorias para seguir los principios de capacidad, mérito, igualdad de oportunidades, calidad del sistema y seguridad jurídica.

Lo anunció el secretario de Estado de Educación, Marcial Marín, tras celebrarse la Conferencia Sectorial, que fue presidida por el ministro Íñigo Méndez de Vigo, quien también ejerció como consejero de Educación catalán, de acuerdo con la aplicación del artículo 155.

El real decreto que aprueba el reglamento de ingreso, acceso y adquisición de nuevas especialidades en los cuerpos docentes saldrá adelante a mediados de febrero, y los temarios para estas oposiciones no se cambiarán hasta 2020. Marín defendió que los nuevos egresados o licenciados deben tener opciones de optar a una plaza docente, al igual que el resto de los opositores.

Por ello, la prueba de conocimientos, que consta de dos partes (prueba práctica y desarrollo de un tema), será eliminatoria; es decir, se valorará de 0 a 10 puntos y para su superación se debe alcanzar un mínimo de 5 tras sumar las dos puntuaciones.

También habrá una prueba de aptitud pedagógica, que de igual forma el aspirante superará con una puntuación igual o superior a 5 puntos.

Además, se ha establecido que la ponderación de la fase de oposición sea del 60% y del 40% la del concurso, porcentajes que antes de las distintas reuniones que ha mantenido el Ministerio con sindicatos y comunidades eran del 66,6% y del 33,3%, respectivamente.