El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha vuelto a reivindicar su derecho a presentarse a la reelección cuando se vuelvan a celebrar elecciones generales, algo que espera, además, no ocurra hasta agotar la legislatura.

"¿Qué debate es ese? ¿Por qué no me voy a volver a presentar? No he hecho nada malo", ha bromeado Rajoy en la conversación informal que ha mantenido, un año más, con los periodistas en el Congreso tras el acto de celebración del aniversario de la Constitución.

Rajoy ha asegurado que no se le ocurre otro escenario que no sea el de agotar la legislatura aunque el PP tenga 137 diputados y lo tenga que pactar y consensuar todo, como por ejemplo los presupuestos.

Y espera abordar ese debate, el de las cuentas del Estado, a partir de enero, una vez celebradas las elecciones catalanas del 21 de diciembre.

También recuerda los diputados que tiene al explicar que es necesario el consenso con el PSOE para reformar el modelo de financiación autonómica. "Espero que el Partido Socialista quiera, porque yo con 137 no puedo", ha dicho.

No ha desvelado Rajoy si ha hablado de esta cuestión con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, con quien ha mantenido después una breve conversación.

Si antes Rajoy comentaba que su diálogo con Sánchez es ahora mucho "más adecuado", tras la charla con el líder socialista, ha bromeado con los periodistas al confesarles que ha tratado de que no escucharan lo que se decían.

E ironizaba sobre el hecho de que cuando hay una cámara delante todos se tapan la boca con la mano, como hacen los futbolistas, para que nadie lea en los labios su conversación.

Un año más, el presidente del Gobierno ha tenido que responder, primero ante los micrófonos, y después en este corrillo, sobre el debate de la reforma constitucional.

El contexto, no obstante, es algo distinto este año con el desafío soberanista y las elecciones en Cataluña, y con la comisión para debatir el modelo territorial que se ha constituido en el Congreso.

Rajoy, en cualquier caso, ha insistido en una idea, la de que no se puede abordar una reforma constitucional porque sí, sin tener claro qué es lo que se quiere cambiar.

Ha insistido en la idea ya expuesta por el portavoz de su partido, Rafael Hernando, de que primero hay que debatir en la comisión territorial y después aportar propuestas, que pueden no significar una reforma constitucional, sino de leyes orgánicas u otras normas.

Además, rechaza cualquier reforma que suponga contentar al independentismo catalán. No entiende, en este sentido, la "filosofía" de "hacerse el simpático con los que no lo son", ha dicho.

El jefe del Ejecutivo ha considerado en cualquier caso que la verdadera reforma constitucional se está produciendo en Europa, porque es en la UE donde se están acometiendo los cambios que más afectan a la vida de los ciudadanos, y entre otras cosas se ha referido a los bonos europeos o a la política común de defensa.

Mariano Rajoy ha asegurado ante los periodistas estar muy tranquilo, con buen ánimo, tanto ante las elecciones catalanas como ante lo que venga en los próximos años, en los que, insiste, tiene intención de agotar la legislatura.

Y un año más, alguien le ha preguntado sobre su relación con el expresidente del Gobierno José María Aznar. "Bien, todo el mundo lo sabe", ha bromeado.