El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y la presidenta andaluza, Susana Díaz, coincidirán mañana en el Congreso en los actos oficiales por el Día de la Constitución, con la revisión del sistema de financiación autonómica como último punto de fricción entre ambos.

Siete meses después de la batalla interna que libraron por las riendas del PSOE, la relación entre Sánchez y Díaz sigue rota, según reconocen fuentes de su entorno, por lo que apenas se les ha visto juntos durante este tiempo.

El 39 aniversario de la Constitución será el segundo fasto oficial al que asistan los dos, tras haberlo hecho el pasado 12 de octubre en el desfile del Día de la Fiesta Nacional y en la recepción posterior de los Reyes, aunque no se les vio hablar o al menos saludarse.

Sí hablaron por teléfono hace dos semanas, cuando Sánchez optó por llamarla -junto al resto de secretarios generales- después de que ella y otros ''barones'' socialistas dieran muestras de desesperación por el retraso en la revisión del modelo de financiación y de malestar por la posición del PSOE de apoyar el pacto entre el PP y el PNV sobre el cupo vasco sin aprovechar para exigir a Rajoy una negociación simultánea de la financiación de las comunidades del régimen común.

Desde entonces sigue latente el debate sobre el nuevo modelo de financiación autonómica, en el que la dirección del PSOE ha respaldado la propuesta del candidato de los socialistas catalanes a la Generalitat, Miquel Iceta, mientras fuentes cercanas a Díaz subrayan que Andalucía no está dispuesta a "recibir menos de lo que recauda" ni "menos que el que esté recibiendo más".

Tampoco muestran sintonía Sánchez y Díaz respecto a las posibilidades de abordar la reforma constitucional en 2018, aunque ambos están de acuerdo en que esa reforma es "necesaria" y "urgente".

Mientras que Díaz no ve "probable" que se pueda abordar en esta legislatura -porque no ve voluntad política ni en el PP ni en Podemos-, Sánchez acude mañana al Congreso con la idea de que dentro de seis meses la Comisión Constitucional empezará los trabajos, como asegura que se comprometió con él el presidente Rajoy.

Fue en la noche del pasado 10 de octubre cuando, según Sánchez, él mismo acordó con Rajoy abrir la reforma de la Carta Magna en seis meses, una vez culminada la comisión de evaluación del Estado autonómico, que se encargaría de las propuestas sobre el modelo territorial.

Sin embargo, ni la comisión del Estado autonómico ha echado prácticamente a andar, ni en ella están representados la mitad de los grupos de la Cámara, ni el PP tiene por el momento ninguna intención de reformar la Constitución, como reconoció el secretario general del grupo popular, José Antonio Bermúdez de Castro, el mismo día en que la comisión quedó constituida.

Sus palabras fueron un jarro de agua fría para Pedro Sánchez, que lleva pidiendo públicamente desde entonces explicaciones a Rajoy sobre si va a cumplir su palabra, sin que este aclare mucho.

"No me niego a hablar si es para resolver problemas", contestó Rajoy hace unos días preguntado por el asunto en una entrevista en Telecinco, a lo que Sánchez no tardó en replicar que "hablar se habla del tiempo; la Constitución se defiende, se aplica y se actualiza".