Que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se salga de lo políticamente correcto es algo que comienza a ser habitual. Más allá de su actividad frenética en Twitter que acaba poniendo en serios compromisos a la diplomacia de su país, e incluso más allá de sus comentarios fuera de tono y sus soflamas populistas, el magnate ha vuelto a confundir uno de los principios básicos de la democracia: La separación de poderes. En esta ocasión, Trump, ha instado a los senadores republicanos a poner fin a la investigación sobre la presunta injerencia de Rusia en los comicios de 2016 abierta por la Comisión de Inteligencia de la Cámara Alta. El senador Richard Burr, que preside la comisión, ha indicado que el magnate manifestó que estaba ansioso porque la investigación acabase, según ha informado el jueves el diario ''The New York Times''. Varios asesores y diputados han indicado al citado diario que Trump habría pedido al líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, y al senador Roy Blunt --miembro de la Comisión-- que pusiera fin a la investigación de forma rápida. "Espero que puedas concluir esto lo antes posible, me dijo", ha asegurado el senador, que ha resaltado que le contestó que "cuando hayan agotado a todos aquellos con los que tiene que hablar, entonces habrá acabado". Estas manifestaciones del presidente, calificadas de "inapropiadas" desde la bancada demócrata, se suman a las que supuestamente efectuó al exdirector del FBI, James Comey, cuando según manifestó, el presidente le pidió que "dejara pasar" las investigaciones sobre el exasesor de Seguridad Nacional Michael Flynn quien se vio obligado a dimitir tras salir a la luz varias reuniones con diplomáticos que ocultó a los miembros del Senado. La presunta presión del presidente sobre un funcionario público es una de las cuestiones que investiga el fiscal especial Robert Mueller que se encarga de desentrañar la injerencia de Rusia en los comicios y las conexiones con el equipo del magnate. Ahora, Trump vuelve a confundir su papel al frente del Ejecutivo con la labor de los legisladores en el Congreso de Estados Unidos, algo que la tradición democrática y la Constitución estadounidense separan claramente. La Comisión de Inteligencia se encuentra entre los diferentes organismos del Congreso que investigan la posibilidad de que Moscú interfiriera en los comicios, así como la colusión con miembros destacados de la campaña de Trump, como el hijo y yerno del magnate, entre otros. Las autoridades rusas han negado en reiteradas ocasiones que existiera tal injerencia pero las agencias de inteligencia del país no tiene dudas al respecto. Trump, por su parte, siempre ha calificado la investigación como ''una caza de brujas'' y ha arremetido contra todos aquellos que se hacían eco de las supuestas relaciones entre miembros de su equipo y personal del Kremlin. Respecto a este último intento del presidente de ''presionar'' a su grupo político para que ponga fin a la Comisión que investiga el asunto, el portavoz de la Casa Blanca Raj Shah ha afirmado que el mandatario no ha actuado de forma inapropiada al realizar dichos comentarios. "Trump no ha tratado de influir sobre los miembros de la comisión", ha añadido. "No hay pruebas de que se haya producido una intromisión y las investigaciones deben acabar de forma justa y apropiada", ha aseverado. La senadora demócrata Dianne Feinstein ha criticado el comportamiento del presidente y ha destacado que se trata de un comportamiento "inapropiado" y una ruptura de la separación de poderes.

SESSIONS VUELVE A ELUDIR PREGUNTAS

Tampoco ha gustado nada a los demócratas la actitud del fiscal general, Jeff Sessions, quien ha vuelto a mostrarse esquivo durante su comparecencia del jueves en la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, donde también se investiga la llamada ''trama rusa''. Sessions, que ha testificado durante varias horas ante la comisión, no ha contestado a las preguntas sobre la posibilidad de que el presidente del país, Donald Trump, incurriera en un delito de obstrucción a la Justicia al despedir al exdirector del FBI James Comey. El diputado demócrata Adam Schiff ha expresado su preocupación ante la falta de respuestas por parte de Sessions, las cuales considera fundamentales para avanzar en la pesquisa. "Le pregunté al fiscal general si habría recibido instrucciones alguna vez del presidente para intervenir de forma que la investigación sobre Rusia se viera afectada. Se ha negado a contestar", ha aseverado Schiff tras el encuentro. "No hay ningún tipo de motivo para negarse a contestar una pregunta como esa. Si el presidente no le dio instrucciones para ello debería decirlo. Si el presidente sí le dio instrucciones al respecto, eso sería en mi opinión un delito severo", ha explicado. El diputado Mike Quigley, por su parte, ha aseverado que Sessions o bien es "una de las personas más precavidas de todas las que trabajan en Washington o está adoptando una actitud cándida hacia el pueblo estadounidense". El fiscal fue citado para comparecer ante la comisión de la Cámara de Representantes a mediados de noviembre. Con anterioridad, Sessions tuvo que rendir cuentas ante la Comisión de Justicia de la cámara, donde negó haber tenido conocimiento de posibles comunicaciones entre el equipo de campaña de Trump y el Kremlin. Sin embargo, el propio Sessions se reunió con varios diplomáticos rusos durante la campaña electoral, algo de lo que tampoco informó ante la Comisión del Senado que debía aprobar su nombramiento porque no lo consideró relevante.