El Gobierno de EEUU dejó hoy en libertad a la niña indocumentada de 10 años con parálisis cerebral que estaba recluida en un centro de detención de menores en San Antonio (Texas) desde hacía nueve días.

Rosa María Hernández, de nacionalidad mexicana, fue arrestada el pasado 25 de octubre por agentes de la Patrulla Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) en un hospital de Corpus Christi (Texas) en el que fue sometida a una cirugía de emergencia en su vesícula biliar.

"Finalmente, Rosa María es libre. Estamos encantados de que pueda irse a casa para recuperarse con el amor y el apoyo de su familia", expresó en un comunicado Michael Tan, abogado del Proyecto de Derechos de los Inmigrantes de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).

Tan subrayó que la decisión de la Patrulla Fronteriza de arrestar una niña en un hospital infantil fue "desmesurada", pese al "alivio" que supone hoy su puesta en libertad.

De hecho, la ACLU demandó este martes al Gobierno de Trump por haber detenido a la pequeña en un centro médico, un lugar considerado "sensible" bajo la propia política del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en sus siglas en inglés).

"Ningún niño debería pasar por este trauma y estamos trabajando para asegurarnos de que no vuelva a ocurrir", añadió el letrado.

El director legal de ACLU en Texas, Andre Segura, consideró, por su parte, que Rosa María no debió haber estado arrestada "ni un segundo".

"Fue apartada de su familia sin tener una orden judicial: seguiremos luchando para que el Gobierno pare este tipo de conducta desalmada e ilegal", concluyó Segura.

La CBP detuvo la semana pasada la ambulancia que trasladaba a la niña al centro médico y decidió seguir al vehículo con la amenaza de que Rosa María "sería deportada" después del procedimiento quirúrgico.

Una vez concluida la operación, los agentes migratorios arrestaron a la niña "sin tener una orden judicial" y la trasladaron a un centro de detención de menores en San Antonio (Texas), un lugar donde no pudo recibir la asistencia médica necesaria, según la organización civil.

Rosa María llegó a EEUU a los tres meses de edad tras cruzar la frontera ilegalmente por Nuevo Laredo (Tamaulipas, México) con sus padres, que se establecieron en la ciudad fronteriza de Laredo (Texas).