El Ayuntamiento de La Orotava solicitará que el sistema de cultivo de la viña conocido como cordón trenzado, único en el mundo y limitado en la actualidad al Valle de La Orotava, sea declarado Bien de Interés Cultural (BIC) para garantizar su conservación.

El Consistorio villero, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen del Valle de La Orotava y el área de Agricultura del Cabildo de Tenerife han acordado, en una reciente mesa técnica y política, impulsar la protección de este sistema tradicional, amenazado por la expansión de otras formas de cultivo más cómodas y eficientes.

El citado consejo regulador y el Ayuntamiento de La Orotava cuentan con informes técnicos que avalan su propuesta de protección al cordón trenzado. El objetivo es que en 2018 se incoe el expediente para su declaración como BIC.

El alcalde villero, Francisco Linares (CC), anunció que buscará el apoyo de los gobiernos de Canarias y de España para que se proteja esta tradición agrícola, cuyo origen se remonta al siglo XVI.

Los grandes objetivos de esta declaración son conservar el paisaje agrícola tradicional del Valle y buscar fórmulas para ayudar a los viticultores y evitar que abandonen el cordón trenzado.

Agustín Farráis, enólogo de Bodega Tajinaste, explicó a EL DÍA que el cordón es "una potente seña de identidad del Valle de La Orotava", cuyo principal inconveniente es que impide por completo la mecanización: "Todo debe hacerse a mano y eso encarece su mantenimiento. Otros sistemas permiten mecanizar la retirada de las hierbas, los tratamientos fitosanitarios e incluso la vendimia. Pero se trata de algo único".

El cordón es una trenza que se realiza durante años con los sarmientos de la parra. La altura del suelo oscila entre 0,60 y 0,80 metros, con una longitud de entre tres y quince metros. Su mantenimiento requiere una gran labor manual en todas sus etapas, desde la poda a la vendimia. En los últimos años se han sustituido las horquetas de madera por hierros de obra, que son mucho más resistentes.