Antonio M. M. ha reconocido hoy ante un tribunal popular que el pasado año mató a su madre a puñaladas en una vivienda de la capital tinerfeña, en un juicio al término del cual su defensa ha aceptado la pena de once años de prisión que el Ministerio fiscal ha pedido por el homicidio.

Durante el juicio Antonio M.M., de 55 años, ha reconocido que el 7 de noviembre pasado discutió con su madre antes de asestarle varias puñaladas, y al término de la vista ha dicho que lo único que le queda es pedir perdón a la sociedad.

El Ministerio fiscal había pedido quince años de prisión pero al término de la vista aplicó la atenuante de drogadicción, mientras que la defensa, que había planteado la absolución, por falta de pruebas, se ha unido al término del juicio a la petición de once años de prisión.

La fallecida, Olvido M.J. vivía en Sevilla después de separarse de su marido, y al morir éste, a comienzos de noviembre de 2016, regresó a la capital tinerfeña el 3 de ese mes, ha reconocido hoy el hijo de ambos, quien ha señalado que tras discutir son su madre ingirió metadona y la acuchilló.

Según el relato del acusado, tras acuchillar a su madre la colocó en un sillón y la tapó con una manta, para a continuación quitarse la camisa y lavar el cuchillo, tras lo que perdió la consciencia, que no recuperó hasta que estaba en el hospital.

Uno de los policías locales que acudió al lugar del suceso ha explicado que se recibió el aviso de un vecino porque en una vivienda había una persona inconsciente en el suelo y fue precisa la actuación de los bomberos para acceder al inmueble.

El policía local ha indicado que mientras el personal sanitario atendía al ahora acusado él realizó una inspección de la vivienda para poder identificar a esa persona, y en ese momento observó que en un sillón había un bulto y al levantar la manta encontró el cadáver de la mujer.

Ante este hecho llamó a la Policía Nacional y se buscó el arma que habría causado la muerte de la mujer, y uno de los policías nacionales que acudió al lugar ha declarado hoy desde Córdoba que recogieron varios cuchillos de la cocina y uno que estaba junto a un papel y que parecía tener sangre.

En la basura encontraron una camiseta de varón con sangre y varios botes de metadona vacíos.

Un inspector de la Policía Nacional ha dicho hoy que en la vivienda no había salpicaduras de sangre y tampoco se encontró el cuchillo con el que supuestamente se cometió el homicidio, y una vecina ha declarado que nunca tuvo problemas con esa familia y que el ahora acusado tenía problemas con las drogas.

Esta vecina ha manifestado que desde el regreso de la madre había oído discusiones entre la mujer y su hijo, y que la última de ellas se produjo entre las 10 y las 10.30 horas del 7 de noviembre.

Un perito toxicológico ha indicado que el vaquero y la camiseta del acusado tenían manchas de sangre humana cuyo ADN coincide con el de la madre y las dos peritos del Instituto de Medicina Legal que hoy han declarado han manifestado que el acusado tiene dependencia de opiáceos y no tiene enfermedad psiquiátrica alguna.

Según estas peritos, el acusado se había tomado el día del asesinato de su madre toda la metadona de una semana.

Los dos médicos forenses que han acudido hoy al tribunal han explicado que la mujer tenía en la mano derecha tres cortes típicas de un intento de defensa, además de seis puñaladas en el tórax y una en el abdomen.

Las puñaladas fueron realizadas con un cuchillo de al menos diez centímetros de hoja y una de las puñaladas fue el en corazón y probablemente ocasionó la muerte de manera instantánea.

El fiscal y la defensa han coincidido en que este ha sido un juicio atípico por cuanto se ha celebrado en un solo día y la sentencia se producirá pocas horas después, y porque ha tenido lugar pocos meses después de los hechos.