En torno a las cinco y media de la madrugada de ayer se produjo un desprendimiento de rocas sobre el número 96 de la carretera TF-616 al paso por Santa Lucía, barrio del litoral de Agache (Güímar), dañando 32 tejas de la casa-cueva (deshabitada en ese momento), cortando el servicio de fibra óptica, abriendo tres agujeros en la vía y causando su cierre parcial al tráfico.

Los vecinos rememoraron la madrugada del 6 de junio de 2011, cuando unas 40 viviendas situadas a menos de 100 metros de este punto fueron desalojadas por otro desprendimiento "más grave", pero esta vez "hemos tenido más suerte, por decirlo así, porque afectó a la carretera". Lo aseguró el vicepresidente de la asociación de vecinos Santa Lucía, Rafael de Armas, quien destacó que este hecho motivó "una intervención acelerada de las autoridades, que en horas limpiaron y despejaron la vía y empezaron a tomar medidas".

Desde el área de Carreteras del Cabildo explicaron que "la prioridad es garantizar la seguridad en la zona y evitar posibles nuevos desprendimientos", procediendo a "trabajar para reforzar el talud con la finalidad de asegurar el terreno y se limpió el área tras la caída de los escombros". El siguiente paso será "elaborar un estudio técnico-jurídico para analizar qué ha pasado, al tiempo que se investigará quién es el dueño y responsable de ese talud".

Rafael de Armas, como portavoz vecinal, dijo que esto sucedió "por falta de inversión y de interés", ya que Santa Lucía padece la misma situación que enclaves como "Las Carboneras, El Batán y Teno, pero mientras en esos sitios se gasta y se aplican medidas, aquí pasan los años y no se actúa".

La TF-616 no es una carretera más, recuerdan los afectados. "Esta vía es la única alternativa que hay para el tráfico en el caso de que ocurra algo grave que obligue a cerrar la autopista, total o parcialmente, desde los túneles hasta El Tablado". Por ello, tanto De Armas como otros vecinos entienden que "las autoridades no pueden tomarse esto con demasiada tranquilidad y acometer las obras necesarias".

Esos trabajos consistirían, fundamentalmente, "en colocar malla y un fisco de gunitado", coinciden los consultados, quienes barajan como causa probable del desprendimiento "la dilatación de la roca debido al mucho calor que ha habido este verano y la escasez de lluvia registrada durante el año".

Rafael de Armas valoró positivamente la diligencia del Cabildo en su intervención y la presencia del técnico en trabajo vertical, que inspeccionó la zona del desprendimiento y entorno para valorar la situación real de peligro de nuevos desplomes.

Desde lo ocurrido hace más de seis años, "los vecinos tenemos miedo a la desinformación y a la falta de inversión más que a las piedras. Lo único que necesitamos es interés por el problema y por resolverlo".

Santa Lucía es un núcleo formado por 70 viviendas, estando al uso como primera residencia algo más de la mitad. Se da la circunstancia de que la casa parcialmente afectada por el desprendimiento ocurrido ayer es una segunda residencia. Como anécdota, cuentan que la vecina que habita la casa contigua conoció lo ocurrido cuando quiso llamar la atención, por hablar alto, a quienes se reunieron en el lugar.