La banca española mantuvo en septiembre casi sin variaciones sus peticiones de financiación al Banco Central Europeo (BCE) por segundo mes consecutivo, ya que las situó en 171.677 millones de euros, apenas 155 millones menos que en agosto, según los datos publicados hoy por el Banco de España.

Estos datos corresponden a septiembre, apenas una semana antes de que los principales bancos y una larga lista de otras empresas catalanas anunciaran su salida de Cataluña, alarmadas por la inseguridad jurídica que traería consigo una posible declaración de independencia de la comunidad.

La tendencia fue más evidente en agosto, cuando estas solicitudes de liquidez prácticamente se congelaron en 171.832 millones de euros tras reducirse levemente, un 0,5 %, en julio, lo que acabó con los repuntes que, salvo excepciones puntuales, han sido la tónica general en los últimos años.

De hecho, en comparación con septiembre del año pasado, las peticiones de liquidez se elevaron en un 27,6 % o en casi 37.200 millones de euros, desde los 134.481 millones solicitados entonces.

Las peticiones de liquidez de la banca española al BCE están, pues, muy lejos de su máximo, alcanzado en agosto de 2012, con 388.736 millones de euros.

Tras el rescate de Bankia y otras antiguas cajas, las dificultades de la banca para conseguir financiación en el mercado mayorista por la desconfianza existente hacia España y los problemas de los países periféricos del euro se dejaron notar en la dependencia de la banca española frente al organismo.

En el conjunto de países de la zona del euro, las peticiones de liquidez bajaron a 767.781 millones de euros en septiembre, apenas un 0,12 % o 916 millones menos que el mes anterior y casi un 57 % más que un año antes, cuando se solicitaron 487.106 millones.

Asimismo, las entidades españolas volvieron a elevar en septiembre en torno al 2 %, esta vez un 2,3 %, sus compras de deuda pública y bonos de bancos, que forman parte del programa de estímulo de la economía europea mediante la compra de activos impulsada por el BCE.

Estas compras, que también incluyen cédulas hipotecarias y otras titulizaciones, han crecido todos los meses durante el año y desde septiembre de 2016 han aumentado en más de 94.000 millones de euros.

En total, los bancos centrales de la zona del euro habían destinado 2,19 billones de euros a comprar esos activos, frente a los 2,14 billones del mes anterior, y muy por encima de los 1,4 billones del mismo mes de 2016.

El programa de estímulos del BCE data de marzo de 2015 y consiste en que la entidad, a través de los distintos bancos centrales del área del euro, compra cada mes 60.000 millones de euros en deuda pública y de entidades financieras de la eurozona, así como bonos de empresas que no tengan la calificación de "bono basura".