Una multinacional tecnológica está realizando pruebas en el Parque Nacional del Teide de un vehículo de exploración interplanetaria (rover), concebido para operar de manera eficiente y segura bajo las limitaciones ambientales del entorno lunar polar.

Las pruebas se realizan entre el 2 y el 16 de octubre en las Minas de San José, y constituyen la última fase de pruebas de robótica espacial del proyecto Lucid, financiado por la Agencia Espacial Europea (ESA) y liderado por GMV, ha informado esta compañía en un comunicado.

El rover pesa 150 kilos, avanza 10 centímetros por segundo, está alimentado por dos baterías de litio de 50 amperios hora cada una, con autonomía de unas 3 horas, y transmite los datos e imágenes al centro de control por radiofrecuencia.

En los últimos años la NASA y la ESA han enviado sondas no tripuladas a orbitar alrededor de la Luna para localizar minerales y compuestos químicos de interés y se ha visto como muy probable la existencia de agua congelada fijada a fragmentos de roca en cráteres que se encuentran en la zona de sombra permanente, en los polos.

"Es evidente que hay mineral rico en hidrógeno, y para acceder a él es necesario adentrarse en estos cráteres oscuros y muy fríos, lo que supone un reto para los vehículos de exploración planetaria", explica GMV.

El proyecto Lucid tiene como objetivo desarrollar y evaluar la combinación de herramientas y técnicas de localización y percepción del entorno necesarias para un vehículo de exploración planetaria (rover) en ese entorno lunar.

La campaña de pruebas se desarrolló primero en Tres Cantos y Colmenar Viejo (Madrid) y ahora se encuentra en su última fase en el Parque Nacional del Teide, dado que sus condiciones orográficas son similares a los paisajes que encontraría el robot en algunas regiones de la Luna o Marte.

Ya se ha verificado la eficacia de todos los componentes del rover de exploración planetaria, incluidas cámaras ópticas, sistemas de estereovisión, sistemas láser para reconstrucción de modelos 3D del terreno y sistemas de navegación nocturna.

En esta última etapa del proyecto se realizan pruebas definitivas de los sensores a la caída del sol, y se validan técnicas de navegación para dar la información más adecuada al equipo de operación del rover.

También se prueban y validan las capacidades de locomoción, iluminación y captura de imágenes del rover.