La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha impuesto penas de cárcel que suman 18 años a tres acusados de introducir cocaína en la isla camuflada en ropa deportiva a través de envíos postales.

El juicio se llevó a cabo durante dos jornadas, aunque existía conformidad con estos procesados pero no con otro más que ha defendido en todo momento su inocencia.

Igualmente, las sanciones que la Fiscalía fijaba en casi un millón de euros se han visto reducidas a prácticamente la mitad.

Las penas de cárcel suman seis años y medio para Mauricio A.S., considerado el cabecilla del grupo organizado; siete años para Manuel R.M.M., por tráfico de droga, a lo que habría que añadirle otro más por un delito de tenencia ilícita de armas; así como tres años y tres meses de prisión para Jonathan G.A., según los datos que trascendieron durante la jornada de ayer.

En principio, el Ministerio Público solicitaba un total de 27 años de cárcel que se han reducido en nueve, a la espera de que se confirme o no la inocencia del procesado identificado como H.S.O.H., que niega su participación en los hechos delictivos de los que se le acusa.

Todos los acusados fueron detenidos por ser responsables, en mayor o menor medida, de la introducción en Tenerife de importantes partidas de cocaína de gran pureza, ocultas en el interior de paquetes postales que llegaban desde Sudamérica, según consta en el escrito de calificación elaborado por parte de la Fiscalía.

A finales de 2014, uno de los envíos fue detectado por la autoridades de Estados Unidos, por lo que se hizo un seguimiento a las personas que lo fueron a recoger en Tenerife, una vez que la cocaína se cambió por otra sustancia inocua y se informó a la autoridad judicial.

El paquete fue recogido por H.S.O.H. quien durante el primer día de juicio aseguró que siempre le aseguraron que el contenido del mismo era ropa deportiva y que en todo momento desconocía que portaba drogas. A principios de 2015 hubo otro intento de recibir un nuevo envío desde Chile, también con material deportivo y en el que había alrededor de un kilo de cocaína. En esta ocasión se llamó desde la oficina de Correos a Manuel A.S. para que fuera a recogerlo, pero nunca acudió. A pesar de ello sería finalmente detenido y, como el resto de los acusados, ingresó en prisión.