"De la Gerencia salieron documentos erróneos, pero nunca falsos. Y cada uno de ellos tenía copia original, como debe ser". La frase la pronunció ayer Víctor Reyes, secretario delegado de Urbanismo en Santa Cruz, durante la época en la que se desarrollaron los hechos, y acusado, junto a los técnicos Elías Medina y Elena Pérez de Ayala -que está previsto que declaren en la sesión de hoy, 9:15, Palacio de Justicia-, de falsedad documental y certificación falsa por el Caso Parque Marítimo II y los distintos Estudios de Detalle remitidos a varias administraciones y al TSJC, que los requirió. Reyes, poco proclive a hablar, fue ayer locuaz al responder durante 55 minutos a las preguntas del Ministerio Público y de su abogado.

"Mi única labor -aseguró el funcionario- además de firmar, era preparar documentos si fuera necesario y me los hubieran pedido", y añadió: "En todo caso deberían haberme advertido desde el servicio; no estuve en la gestión del expediente y me enteré cuando el requerimiento del TSJC", y recordó que "la jefa y responsable administrativa era Luisa del Toro". También dijo que había pedido a los trabajadores "un poco más de cuidado" por "todos esos documentos enviados". Calificó la supuesta "presión" a los funcionarios como "algo subjetivo" y prefirió hablar de "tensión".

Un golpe de efecto de su letrado, Ladislao Díaz, "remachó" la declaración: "Aquí tenemos una certificación de la actual secretaria delegada, Belinda Pérez, de que entre 7 de noviembre de 2007 y el 10 de septiembre de 2011 hubo 39.438 registros de salida de la Gerencia de Urbanismo. Una media de casi 900 al mes que en teoría debía firmar mi defendido".

Fue el final de la tercera sesión del juicio que comenzó con la sorpresa relativa de la retirada por la defensa de la declaración de los cuatro testigos previstos, entre ellos la exconcejala de Urbanismo Luz Reverón (entonces en CC y hoy en el PP). Por lo tanto, desde primera hora tres profesionales dieron cuenta de las pruebas periciales. Y tres horas y media de "peritaje" dan para mucho. O no, según sea la perspectiva del experto o del neófito.

Juan Jesús Cabrera Oliva relató el trabajo que llevó a cabo por orden del Juzgado Número 1, centrado en la comparativa entre los estudios de detalle. Por su parte, Rubén Henríquez Guimerá, propuesto por la defensa de Medina, aportó su conocimiento dada su condición de redactor durante cinco años del actual (y "eterno") Plan Especial del Parque Marítimo.

Javier Adsuara, tercero solo en el orden y propuesto por el letrado de Pérez de Ayala, Ramón González de Mesa, acaparó buena parte del protagonismo de la sesión. Reconoció los muchos juicios de valor de su informe -incluidos bastantes en el plano jurídico, según las fuentes- e hizo una extensa y documentada defensa de lo que calificó como "una cadena sucesiva de errores y equivocaciones". El abogado de Medina, José Ramón Pitti, fue incisivo en sus preguntas a Adsuara (no parecían del mismo lado) y se notó cierto "pique" larvado con González de Mesa.

La fiscal, Carmen Ávila, se esforzó en reiterar sus tesis entre errores, alusiones al estudio de Arquitectura Mira y al profesional David Zuera -elaboró los sucesivos cambios a instancias del promotor privado, Santa Cruz Park- originales o copias enviadas. Acabó cansada porque aún hoy hay tres documentos, los estudios de detalle fechados el 11 de enero, el 12 de mayo y el 21 de octubre de 2008, con incógnitas.

Otra fecha clave: el 21 de septiembre de 2007, cuando el pleno municipal aprobó de manera definitiva condicionada el Plan Especial del Parque Marítimo. Condiciones referidas al ámbito C en cuanto a las 500 plazas de aparcamientos y la incidencia en ellas de planes territoriales como la Vía Litoral o las alturas previstas. Estuvieron "bailando" toda la mañana de ayer.

La reflexión de una fuente jurídica en los pasillos puede servir de resumen: "Chapuza administrativa, tal vez, pero de ahí a meter en la cárcel a la gente (se piden tres años a cada acusado) va un trecho muy grande". La sensación es que la causa "se desinfla" poco a poco.

En estas tres sesiones habían dominado los discursos de los técnicos, pero en eso apareció Juan Víctor Reyes Delgado. Y esta vez no firmó, sino que habló.