La Policía Nacional desmanteló una organización criminal de origen chino dedicada a la trata de personas con fines de explotación sexual y liberó a cuatro víctimas. Las investigaciones permitieron detener a los tres cabecillas de la red en Sevilla. Las víctimas eran obligadas a ejercer la prostitución, sometidas al mandato de la "madame", bajo un clima de amenazas, palizas y coacciones para saldar la deuda que habían adquirido al llegar a España. Las gestiones policiales comenzaron en abril, cuando se recibió una denuncia en el canal de colaboración ciudadana www.policia.es, que informaba de la existencia de un piso del que se veía salir y entrar a mujeres chinas. Estas siempre iban acompañadas de un hombre y se advertía de que era posible que estuvieran ejerciendo la prostitución.