Solo 13 de las 60 mujeres víctimas de violencia de género en 2015 denunciaron previamente a su pareja. Es una de las conclusiones del Informe sobre víctimas mortales de violencia de género y de violencia doméstica en el ámbito de la pareja o expareja relativo al año 2015, del Consejo General del Poder Judicial.

El Grupo de Expertos del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género de este ente constató que en ese año un total de 60 mujeres fueron presuntamente asesinadas por sus parejas o exparejas, lo que supone un incremento de un 11% respecto al año 2014, en el que 54 mujeres murieron por violencia de género.

El porcentaje de mujeres presuntamente asesinadas por sus parejas o exparejas que habían presentado una o más denuncias contra ellos previamente a la muerte descendió en un 53%. En 2015, 13 mujeres denunciaron previamente a sus agresores, lo que supone un 22% del total, mientras que ese mismo porcentaje en 2014 fue del 30% del total de mujeres asesinadas.

Cuatro mujeres asesinadas tenían vigente una orden de protección en el momento de la muerte. En uno de los cuatro casos se produjo un quebrantamiento de la medida con consentimiento de la víctima, ya que seguía compartiendo la vivienda con su pareja.

El Grupo de Expertos puso de manifiesto que las denuncias examinadas se ciñen, en general, al último hecho de violencia y ello expresa la necesidad de ofrecer a las denunciantes, tanto en sede policial como en sede judicial, un espacio idóneo y una dedicación de tiempo suficiente para poder reflejar los matices más importantes de la relación de violencia. Se señala en el informe que es igualmente imprescindible la atención a la víctima por personal especializado, en sedes judicial y policial, para la adecuada recepción y tratamiento de la denuncia, incluyendo la asistencia letrada.

Los expertos señalaron asimismo que el examen de las actuaciones judiciales previas al resultado de muerte deja ver que los hechos mayoritariamente denunciados pueden parecer de cierta levedad (insultos, amenazas, empujones), pero son indicadores de que no es la violencia física extrema la que conduce a la muerte sino que en la mayoría de los casos, lo provoca el clima de dominio y control.

En 2015 descendió la edad media de las mujeres víctimas mortales situándose en 41 años y medio, casi seis menos que el año anterior.

El informe señaló, además, que las poblaciones con número inferior a 100.000 habitantes son las que registran un mayor porcentaje de víctimas mortales de violencia de género, por lo que manifiesta la necesidad de extender todos los recursos de prevención, de detección y asistenciales por toda la geografía española, con especial hincapié en las zonas rurales.