La presidenta del consejo de supervisión del BCE, Danièle Nouy, está convencida de que hay que reducir el número de bancos que operan en Europa y una fórmula para conseguirlo son las fusiones, ya sean nacionales o, mejor, transfronterizas.

En su opinión, es necesario que el sector bancario europeo tenga un tamaño "adecuado" para la economía y ante la situación actual y la fuerte competencia, "no todo el mundo puede ganar", ha explicado en un encuentro sobre el sector financiero organizado por Expansión.

Nouy cree que algunos bancos tienen que salir del mercado, ya sea dejando de existir o mediante su fusión con otros bancos, ya sean de sus propios países o de otros estados, lo que daría lugar a las fusiones transfronterizas.

"Se necesitan bancos valientes que quieran conquistar un nuevo territorio", ha añadido tras aclarar que la consolidación de las entidades debería dejarse "a las fuerzas del mercado", sin que intervengan los supervisores.

No obstante, ha reconocido que pueden ayudar a crear las condiciones mercado, por ejemplo, contribuyendo a reducir la incertidumbre sobre la calidad de los activos bancarios.

La principal idea expuesta por Nouy es que puede haber problemas en "muchos bancos" si hay algunas entidades débiles, porque la gran competencia lleva a que los beneficios del sector sean más bajos y aumente las dificultades para generar capital.

En última instancia, eso puede acabar minando la estabilidad del sistema financiero en su conjunto y de la economía, si mantiene unos niveles de endeudamiento muy altos por la dependencia del crédito, que llega a convertirse en una "droga" y superar al PIB.

La apuesta de Nouy por las fusiones llega después de varios años de consolidación del sector, que han hecho que el número de entidades en España se haya reducido de forma significativa.

Aún así si los activos totales del sector bancario en Europa en 2012 equivalían al 314 % del PIB de la región, ahora representan el 280 % del PIB, todavía muy por encima del 88 % que supone en Estados Unidos.