El subgobernador del Banco de España, Javier Alonso, ha asegurado hoy que el negocio bancario está en un momento de profundos cambios, entre ellos la digitalización, y las entidades no tienen más remedio que afrontarlo elevando su rentabilidad, reduciendo su número mediante las fusiones y extremando el cuidado al cliente.

Durante su intervención en la jornada "La banca ante los retos de la regulación, la rentabilidad y la digitalización", organizada por el diario Expansión, Alonso se mostró de acuerdo con la presidenta del Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo (BCE), Danielle Nouy, que poco antes abogó por las fusiones bancarias, mejor transfronterizas, para mejorar la eficiencia del sector.

"Las operaciones corporativas son una vía para reducir la capacidad instalada y mejorar la eficiencia y sería deseable que fueran transfronterizas", pero lamentablemente esa no es la tendencia que prevalece, dijo.

La misma palabra (transfronterizas) indica que sigue habiendo fronteras en el sector bancario, incluso dentro de la zona del euro, lo que no encaja con el proyecto de unión bancaria, por lo que "debemos seguir identificando los elementos que limitan esas operaciones".

Alonso aseguró que es prioritario recuperar la confianza del cliente, que es el principal activo de las entidades y que se vio muy socavada por la reciente crisis y "determinadas prácticas".

Para ello, la banca tiene que mejorar la transparencia en sus comunicaciones con el cliente, aplicar las mejores practicas de comercialización y proteger los intereses de sus clientes.

Tras la reciente crisis financiera, la solidez y estabilidad sector bancario español han mejorado sustancialmente y los bancos están ahora más capitalizados, más saneados y mejor preparados para hacer frente a posibles impactos económicos adversos, dijo.

En términos de capital, las entidades habían elevado a cierre de marzo hasta el 12,2 % de media su ratio de capital de máxima calidad CET1, al tiempo que se han esforzado en sanear sus balances con unas dotaciones a provisiones que suman 310.000 millones de euros, casi un 25 % del producto interior bruto (PIB).

También han bajado los activos dudosos, aunque siguen siendo elevados, y en julio, según los últimos datos publicados, se redujeron en cerca de 90.000 millones de euros desde los máximos de finales de 2013, lo que implica un recorte del 40 %.

"Debemos descontar que los tipos de interés moderados" aun pueden durar y deben ser un factor a tener en cuenta en rentabilidad en próximos años, además de otros factores como la digitalización que pueden tener implicaciones más profundas.