Milán continuó hoy mostrando las tendencias para la mujer de la próxima temporada primavera-verano y celebró los desfiles de Bottega Veneta, con su apuesta por el clasicismo, y de Antonio Marras, que se decantó por una estética floreada y bucólica.

Pasado el ecuador de la Semana de la Moda de Milán, que tocará a su fin el próximo 25 de septiembre, este sábado fue el turno de la casa Bottega Veneta, que propuso una mujer de aires neoclásicos y vestida con toda una amplia paleta de tonos pastel.

Estos colores, con especial presencia del verde, invaden todas las prendas de la firma, a veces en tonos desgastados y difuminados, empleados sobre un sinfín de tejidos, como la piel de serpiente, las telas sintéticas, el raso, el terciopelo e incluso el vaquero.

También desfiló la firma Antonio Marras, que mostró a una mujer con cierto aire de los locos Años Veinte y de aspecto bucólico que desfiló a ritmo de charleston, así como de los grandes temas del cine italiano y hasta del bolero "Angelitos negros", en la versión interpretada por la mítica Lola Flores.

El desfile dio inicio con una de sus modelos balanceándose sobre un columpio colgado del techo y repleto de flores, que acabaron por convertirse en las grandes protagonistas de esta colección ideada por el diseñador sardo y de marcada inspiración teatral.

Fueron especialmente visibles en los tocados y en las pamelas que lucieron sus modelos, pero también en los complementos y en los muchos tipos de vestidos de su colección: desde piezas vaporosas hasta otras asimétricas, combinadas con pañuelos para la cabeza.