La Fiscalía pide 9 años de cárcel por agresión sexual y otro más por atentado a la autoridad contra V.M.B.V., mientras que la acusación particular solicita 10 años por el primero de estos delitos. Las indemnizaciones ascienden a 25.000 euros por parte del fiscal para la víctima y de 275 para el agente agredido y de 35.000 por la acusación. Pero el procesado se declaró inocente y solo asume que empujó al guardia civil que intentó detenerlo.

La denunciante, de 52 años, relató que el 24 de agosto del 2016 estuvo por la mañana en La Laguna y por la tarde fue a su casa en La Esperanza. En la guagua se encontró al procesado. Este le preguntó si podía sentarse a su lado y le dijo que sí porque lo conocía de unos trabajos que había hecho en su vivienda hacía dos años. Durante el viaje le cuestionó sobre si iba a hacer más obras, a lo que le contestó que no, porque no tenía dinero. El procesado le ofreció su teléfono y la invitó a un café, a lo que la mujer se negó en ambos casos. Cuando estaba en su vivienda, oyó que tocaban la puerta y, pensando que era su hija y sus nietos, la abrió. El acusado entró y la empujó hacia la cocina intentando agredirla sexualmente. "Yo le decía que me respetara, pero me tiró al suelo, me toqueteaba, le pedí por favor que se fuera, que no lo iba a denunciar pero como yo me negaba él no paraba de decir: voy a ir al calabozo, pero te mato". El acusado buscó un cuchillo en la cocina. Volvió a sonar el timbre, ella consiguió escaparse del agresor, abrirla y fue entonces cuando entraron sus nietos de ocho y once años, quienes pudieron observar al acusado con los pantalones bajados. Poco después llegó la hija, que consiguió retener al supuesto agresor y llamar a la Guardia Civil, que acudió rápidamente. El novio de la hija también lo inmovilizó y asegura que lo encontró "un poco embriagado". La mujer indica que en aquel momento sufría una pequeña depresión que luego se ha agravado de forma notable. Además, su nieto pequeño no quiere quedarse en la casa por miedo a lo ocurrido. En cuanto a la indemnización que pide su abogada y la fiscal, dijo que "nunca me va a solucionar el daño que me hizo". Niega que en algún momento se hubiera insinuado y sí admitió que por la mañana había tenido relaciones sexuales con su pareja, lo que en un principio negó al forense por el estado de nerviosismo en el que se encontraba. El acusado solo respondió a su abogada y se declaró inocente de la agresión sexual, aunque sí aceptó el de atentado. Indicó que estuvo en el domicilio porque la dueña le había pedido que mirara la puerta y que cuando llegó la mujer comenzó a insinuarse e incluso le dio "un pico" en los labios y se puso a tocarlo. Él asegura que se quedó desconcertado hasta el punto de que tuvo que ir a la cocina a tomar un vaso de agua. Como este se derramó se quitó la camisa para limpiarla, pero negó que en ningún momento estuviese buscando un cuchillo para agredirla. Dijo que fue la mujer quien se empezó a romper la ropa y la tuvo que agarrar de los brazos.