La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el organismo de la ONU para la migración, anunció hoy que calcula que unos 18.000 rohinyás han huido a Bangladesh en las últimos días desde Birmania (Myanmar) escapando del peor brote de violencia en cinco años, con más de un centenar de muertos.

"Hasta el momento han entrado 18.000 en Bangladesh desde el pasado viernes (...) Estos 18.000 son un número estimado", afirmó Sanjukta Sahany, encargada de OIM en el distrito de Cox''s Bazar, en el sureste de Bangladesh, próximo a la frontera con Birmania.

Sahany, que acababa de anunciar en una rueda de prensa en Cox''s Bazar la llegada de los 18.000 rohinyás, aseguró que por el momento han sido capaces de responder a la oleada de refugiados y darles apoyo.

Esta llegada de refugiados se produce a pesar de que Dacca se resiste a aceptar a los refugiados y sus fuerzas de seguridad, desplegadas sobre todo a orillas del río Naf, frontera natural entre Bangladesh y Birmania, intentan repeler su entrada al país.

Otros rohinyás también mueren en el intento de llegar a Bangladesh.

"Hoy hemos recuperado cuatro cuerpos del río Naf (...) Formaban parte de un amplio grupo que entraron en Bangladesh. (Además) hemos detenido a 317 por entrar de manera ilegal y los enviaremos de vuelta a su debido tiempo", dijo Ariful Islam, que comanda la Guarda Fronteriza de Bangladesh (BGB) en un área cerca de Birmania.

Según Islam, los cuatro fallecidos fueron identificados como rohinyás y reveló que otros 75 miembros de esta minoría fueron expulsados al otro lado de la frontera anoche, lo que eleva a casi 600 los enviados en los últimos días de vuelta a Birmania.

El medio local bdnews24, sin embargo, eleva a 1.081 el número de rohinyás expulsados de regreso a territorio birmano en los últimos días.

La nueva ola de violencia que afecta a los rohinyás ha causado alrededor de 110 muertos desde el pasado día 25.

El conflicto se reactivó debido a que el llamado Ejército de Salvación Rohinyá de Arakan (ARSA) lanzó una serie de ataques contra puestos policiales y militares en Rakhine (oeste de Birmania) y las fuerzas armadas recibieron orden de responder a esos actos.

La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha solicitado a Bangladesh que abra sus fronteras a los rohinyás, a los que han acogido durante décadas, y a donde habían cruzado ya alrededor de 85.000 miembros desde octubre de 2016, cuando otro ataque de rebeldes desencadenó una fuerte represión.

Más de un millón de rohinyás viven en Rakhine, donde sufren una creciente discriminación desde el brote de violencia sectaria de 2012 que causó al menos 160 muertos y dejó a unos 120.000 de ellos confinados en 67 campos de desplazados.