El led ha sustituido en los últimos años a bombillas incandescentes y halógenos y, aunque ha supuesto una revolución, el reto sigue estando en lograr sistemas de iluminación más sostenibles y baratos, según el científico Rubén Costa, para quien el futuro está en las bombillas hechas con proteínas.

"El led es una parte integral de nuestra vida cotidiana, pero a pesar de sus excelentes prestaciones existe una necesidad imperiosa de reducir el coste de su producción y de sustituir sus componentes por otros de fácil reciclaje", señala a Efe este investigador del Instituto IMDEA Materiales de Madrid.