El Gobierno afgano condenó el atentado del viernes contra una mezquita de la minoría chií en Kabul reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), en el que según el último recuento de hoy murieron 28 personas y más de 50 resultaron heridas.

"Murieron 28 personas, incluidas mujeres y niños, y otras 50 resultaron heridas en el ataque el viernes a la mezquita en Kabul", afirmó hoy el portavoz del Ministerio de Salud Pública de Afganistán, Ismal Kawsi, que evitó dar más detalles.

Tanto el presidente afgano, Ashraf Gani, como el jefe del Ejecutivo, Abdulá Abdulá, condenaron enérgicamente en sendos comunicados el atentado contra civiles indefensos en la mezquita, un acto que calificaron de antislámico.

"Los terroristas serán castigados por este acto malvado (...) Nunca podrán alcanzar sus horrendos objetivos a través de ataques hostiles, antirreligiosos e inhumanos como este", remarcó Gani, según un comunicado divulgado anoche por la oficina del presidente.

Gani insistió además que los terroristas deberían "mantener en mente" a las fuerzas de seguridad, que "les atacarán allá donde estén y les eliminarán para siempre".

El jefe del Ejecutivo afgano, por su parte, definió el ataque, en un comunicado difundido hoy, como "antislámico y antihumano", al atentar contra "creyentes indefensos" como mujeres y niños.

"Grupos con la inclinación maléfica de matar a civiles y atacar lugares religiosos no tienen perdón", sentenció Abdulá.

El atentado contra el templo de la minoría chií se produjo durante el rezo del viernes cuando, después de que un suicida detonara la carga explosiva que llevaba adosaba al cuerpo, varios hombres armados sin identificar penetraron en la mezquita Imam Zaman, ubicada en una zona residencial de la capital afgana.

El atentado fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico.

El de ayer fue el primer ataque de envergadura ocurrido en Afganistán desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara el lunes su nueva estrategia para el país, que incluye el envío de más tropas estadounidenses.

Los atentados contra la minoría chií son comunes en Afganistán y el último de ellos se produjo hace tres semanas, cuando 29 personas murieron y 63 resultaron heridas en otro ataque suicida reivindicado por el EI contra una mezquita en la ciudad de Herat (oeste).

Según el informe del Inspector Especial para Afganistán (SIGAR) de Estados Unidos divulgado este mes, la guerra en Afganistán está "estancada", con los insurgentes controlando el 40 % del país.