Los primeros primates de la Tierra vivían en las copas de los árboles, y no en el suelo, según un análisis de un esqueleto de 62 millones de años hallado en Nuevo México, el más antiguo conocido.

El estudio muestra que Torrejonia, un pequeño mamífero de un extinto grupo de primates llamados plesiadapiformes, tenía características esqueléticas adaptadas a vivir en árboles, tales como articulaciones flexibles para escalar y aferrarse a las ramas.

Previamente, los investigadores habían propuesto que los plesiadapiformes en Palaechthonidae, la familia a la que pertenece Torrejonia, eran terrestres basándose en detalles de fósiles craneales y dentales consistentes con los animales con nariz adaptada al suelo para los insectos.

"Este es el esqueleto parcial más antiguo de un plesiadapiforme, y muestra que sin duda vivieron en los árboles", dice el autor principal Stephen Chester, profesor asistente en el Brooklyn College de la City University de Nueva York, que comenzó esta investigación. "Ahora tenemos evidencia anatómica de los hombros, codo, cadera, rodilla y articulaciones del tobillo que nos permite evaluar dónde vivían estos animales de una manera que era imposible cuando sólo teníamos sus dientes y mandíbulas", añade.

El estudio, publicado en ''Royal Society Open Science'', apoya la hipótesis de que los plesiadapiformes, que aparecen por primera vez en el registro fósil poco después de la extinción de los dinosaurios no aviares, fueron los primeros primates. Los investigadores también afirman que los nuevos datos proporcionan evidencia adicional de que todos los primates geológicamente más antiguos conocidos por restos óseos, abarcando varias especies, eran arbóreos.

El esqueleto parcial consta de más de 20 huesos separados, incluyendo partes del cráneo, mandíbulas, dientes y partes de los miembros superiores e inferiores. La presencia de dientes asociados permitió a Williamson, co-autor del estudio, identificar el espécimen como Torrejonia porque la taxonomía de mamíferos extintos se basa principalmente en rasgos dentales, según declara Eric Sargis, profesor de antropología en la Universidad de Yale y autor principal de el estudio.

"Encontrar un esqueleto como este, a pesar de que parece un poco escaso, es un descubrimiento emocionante que aporta una gran cantidad de nuevos datos sobre el estudio del origen y la evolución temprana de los primates", indica Sargis, experto en paleontología de vertebrados en el Museo Peabody de Yale de Historia Natural, donde el esqueleto parcial fue moldeado y fundido para el estudio adicional.

Palechthonidos y otros plesiadapiforms tenían ojos que miran hacia fuera y confiaron en el olor más que los primates modernos; los detalles que sugieren que los plesiadapiformes son transicionales entre otros mamíferos y los primates modernos, tal y como comenta Sargis.

El sitio donde se descubrió el esqueleto parcial, conocido como el área de la fauna fósil de Torrejón, es una zona remota en el noroeste de Nuevo México administrada por la Oficina Federal de Ordenamiento Territorial.