Algunos expertos hablan de la industria 4.0 o de la cuarta revolución industrial, en la que es posible que llevemos inmersos más de lo que creemos. Lo cierto es que la digitalización ha transformado la forma de hacer las cosas, ha creado nuevos paradigmas en las estrategias de marketing de las empresas, que han pasado de un modelo multicanal a otro omnicanal. La interconexión es el rey y acciones como crear una app para poder crear un vínculo mayor con el usuario y, por ende, cliente potencial, está al orden del día.

Todo lo anterior sigue valiendo, pero el enfoque y las herramientas han cambiado. El consumidor ha dejado de ser ese individuo al que había que conquistar con una propuesta atractiva, en el sitio donde estuviese y a un precio inmejorable. Ahora se habla de un consumidor activo y proactivo y, también, volátil, y a un producto que ha dejado de ser un bien a pasar a ser un servicio, primando la experiencia de compra por encima de cualquier otro aspecto.

Se trata del consumidor que vive en sociedad, que vive en red y que un punto de contacto puede crecer de manera exponencial y proporcional al número de personas de su comunidad (virtual o no) y la relación que mantenga con ella. Por eso, es indispensable cuidar cada aspecto del costumer journey, o lo que es lo mismo, las distintas etapas que forman parte de la experiencia del cliente. Esto resulta extremadamente útil a las empresas para poder definir una mayor y más afinada estrategia que consiga crear vínculos más fuertes que sean la antesala de la recurrencia y la fidelización y, sobre todo, la recomendación a usuarios de su red.

Las aplicaciones móviles forman parte de esas estrategias que están llamadas a establecer un punto de contacto con el cliente potencial y su usabilidad y atractivo pueden ser factores decisivos para mejorar su experiencia.

Según la tercera edición del Informe Mobile en España y en el Mundo, el uso de aplicaciones móviles en nuestro país es superior a la navegación móvil y, en 2016, suponía ya casi el 90% del tiempo dedicado a los smartphones.

Asimismo, según apunta también este estudio, en 2015 existían 27,7 millones de usuarios de aplicaciones, siendo la media por dispositivo de 13,2 en los smartphones y 9 en tabletas. Estos datos no dejan indiferente a una multitud de empresas que, cada día, lanzan sus aplicaciones móviles para que el usuario pueda personalizar su relación.

En este sentido, de acuerdo con dicho informe, los sectores más representativos en aplicaciones son los de temas de personalización, medios y revistas, o productividad, seguidos por lifestyle y compras.

La doble pantalla, las plataformas de e-commerce, las ya casi antiguas redes sociales, las plataformas de gestión...se mire por donde se mire, la digitalización ha irrumpido ya con fuerza y seguirá transformando la forma de relacionarnos, creará nuevas profesiones y, por ende, nuevos puestos de trabajo, más relacionados con la tecnología, la robotización y la informática y, a todos estos cambios, las empresas deberán anticipar su estrategia para no quedarse atrás en esta gran revolución.