El fiscal intervino al principio de la vista oral para defender ante el jurado que han existido indicios suficiente de que se ha cometido un homicidio por omisión y, por lo tanto, para celebrar el juicio. Los abogados de las defensas sostienen la inocencia de los acusados y como prueba citan los certificados en los que se afirma que en los últimos años acudieron hasta 104 veces al médico por cuestiones relacionadas con la anciana, de las que 19 fueron consultas personales y el resto para repetir tratamiento. La razón de la muerte la atribuyen a las múltiples dolencias que padecía desde hace años agravadas por su negativa a ingerir alimentos.

La defensa del acusado José Ramón LL.A. solicitó su libre absolución o, como mucho, una pena de tres años y un día por homicidio por imprudencia. El abogado, José Pérez Ventura, indicó que el deterioro de la paciente era progresivo y dijo que avisaron de la muerte en cuanto se dieron cuenta, no días después. Rechaza que tuvieran la intención de acabar con su vida y como prueba citó que la pensión que recibía la anciana era el único ingreso con el que contaban. La patología sufrida es, según el letrado, "la típica de las personas que están encamadas", asegura que la anciana siempre fue "extremadamente delgada" y de ahí que apenas pesara 25 kilos en el momento de la muerte. Indicó que hay testigos de que el día antes de la muerte la iban a llevar al médico ante el agravamiento de su salud y de que cada vez comía menos. La abogada de la hija, Ana A.Ll.A., también defendió su inocencia y recordó los intentos de suicidio de su madre. La defensora de la nuera, María N.G.R., descartó que existiera intencionalidad alguna en el fallecimiento de su suegra "y para saberlo solo hace falta que en los próximos días escuchen como era el día a día de esta familia".

El juicio se reanuda en la jornada de hoy con la declaración del acusado, que responderá a las preguntas de su abogado. La previsión es que la vista acabe el viernes.