Un total de 142.000 mujeres se han visto obligadas, en 2016, a reducir su jornada laboral y trabajar a tiempo parcial al no contar o no poder costear los servicios necesarios para el cuidado de sus hijos.

Y otras 4.400 han tenido que hacer lo mismo al no poder afrontar los costes de los servicios para el cuidado de un mayor o un discapacitado a su cargo, o al no disponer de los servicios sociales necesarios.

Unas cifras a las que se suman las 7.700 mujeres que el pasado año no tuvieron más remedio que recortar sus horas de trabajo por tener los dos problemas: hijos y mayores o dependientes a su cargo y falta de recursos para costear su cuidado o carencia de los servicios necesarios, según han explicado a Efe fuentes de Estadística.

A estos miles de mujeres que en 2016 se vieron obligadas a recurrir a jornadas parciales para cuidar de otros se suman 111.000 más que recurrieron a la jornada parcial para cuidar de personas dependientes pero que en las estadísticas no figuran las causas concretas por las que han elegido esta opción.

Así, según la submuestra anual de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada hoy por el Instituto Nacional de Estadística, un total de 280.900 personas ha tenido que reducir su jornada laboral en 2016 y trabajar a tiempo parcial ante la necesidad de disponer de más tiempo para cuidar a una persona dependiente, un 4,3 por ciento más de quienes lo hicieron un año antes.

La gran mayoría de quienes trabajaron a tiempo parcial para poder a la vez ejercer la labor de cuidadores fueron mujeres (266.500, el 95 %), y el 57,6 por ciento de ellas considera que no hay servicios adecuados para la atención a personas dependientes (niños, adultos, enfermos, personas con discapacidad...) o que no pueden costearlos.

Y frente a las 266.500 mujeres que en 2016 recortaron su jornada y su salario para cuidar a personas dependientes hubo 14.500 hombres que hicieron lo mismo.