El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, considera la "fe europeísta" de los ciudadanos de España y "el gran consenso" entre sus partidos para avanzar en la construcción europea, como la principal aportación del país al futuro de una UE más integrada.

Rajoy sumó hoy su firma a la de otros 26 líderes europeos -todos menos la británica, Theresa May- para aprobar la Declaración de Roma conmemorativa del 60 aniversario de la rúbrica en la capital italiana del tratado que dio origen a la UE. Una declaración en la que, según aseguró en una conferencia de prensa posterior a la cumbre, "España se ve perfectamente reflejada".

Como ejemplo, considera que al reafirmarse en ella como un valor esencial europeo el respeto al Estado de derecho y, por tanto, al cumplimiento de la legalidad, la UE avala sus apelaciones al Gobierno de la Generalitat para que no se salte la ley.

"La alternativa al cumplimiento de la ley es la nada, por no decir la selva, y a nadie se le ocurre que en Europa alguien vaya a dar su apoyo a quien pretende transgredir la ley", recalcó.

También destacó que la declaración de Roma recoja algunas ideas que considera esenciales ante el futuro de Europa.

Así, recordó que él viene defendiendo desde hace tiempo que es importante tener en cuenta que Europa ha sido y es una historia de éxito, que hay que ser más eficaces ante los problemas ciudadanos y que es necesario avanzar hacia una mayor integración.

De forma especial destacó la referencia de la declaración a avanzar hacia una Europa común económica y monetaria y completar el mercado único.

Aunque reconoció que se trata de una cuestión que "llevará su tiempo", defendió la intención de España de que haya en su día un presupuesto europeo y eurobonos.

Son dos pretensiones que admitió que requieren previamente un nivel similar en cuanto a competitividad y, por ello, defendió que, al igual que para entrar en el euro había que cumplir una serie de requisitos, a medida que los países vayan cumpliendo con unos indicadores de competitividad, puedan acceder a la siguiente fase de la unión económica y monetaria. Por ello, considera importante que la Declaración de Roma recoja la posibilidad de una integración a diferentes velocidades.

Para ese futuro común, resaltó que la principal aportación que puede realizar España es la "profunda fe europeísta" de su sociedad.

A ello unió "el gran consenso" de los partidos sobre la necesidad de seguir avanzando en la construcción de la UE, y la experiencia de un país que, "también gracias a Europa", ha conseguido dar "un salto casi inimaginable en su prosperidad y su nivel de vida".

El presidente del Gobierno resaltó que Europa es hoy el lugar del mundo donde mejor se preserva y defiende la dignidad humana, y explicó que así se refleja en la declaración firmada.

"Europa es hoy el mejor sitio del mundo donde puede nacer un ser humano", aseguró antes de recordar una serie de datos que cree que lo avalan.

Explicó, por ejemplo, que Europa representa sólo el 7 % de la población mundial, pero supone el 22 % de la riqueza del planeta, y sus ciudadanos disfrutan del 58 % de todo el gasto social.

"Estas magnitudes definen la grandeza del proyecto europeo", expuso el presidente del Gobierno, quien reconoció que no son tiempos fáciles para la UE pero recordó que tampoco lo fueron en el momento de su fundación "sobre las ruinas de un continente arrasado por la guerra y por el totalitarismo".

Para Rajoy, hoy todos los líderes europeos se comprometieron a seguir construyendo una Unión de derechos humanos, libertad, cooperación, solidaridad y bienestar.

Cuestión central para ello cree que es atender los problemas reales de los ciudadanos y en ese sentido resaltó objetivos esenciales como una mayor seguridad, garantizar la prosperidad, la Europa social y una UE más fuerte en el mundo.

Rajoy, al igual que el resto de líderes europeos, asistió ayer a una audiencia del Papa, y hoy, tras participar en el Campidoglio en la cumbre de la UE, cerró su presencia en Roma con un almuerzo en el Palacio del Quirinale, sede de la jefatura del Estado italiana.