Los recuerdos del pueblo zamorano de Argusino de Sayago emergen de las aguas este año, cuando se cumple el 50 aniversario de su desaparición inundado por el embalse de Almendra, la presa construida sobre el río Tormes que es la obra de ingeniería hidroeléctrica más alta de España, con 202 metros. Argusino de Sayago era uno de los 52 pueblos que componían la comarca de Sayago, llegó a tener 447 habitantes en 1950 y 151 viviendas y en 1967 daba paso al progreso.

El embalse alcanzaría la cota 730 y anegaría gran parte del término, con el pueblo y sus construcciones. También la iglesia, del siglo XV, quedaría sepultada 40 metros bajo el agua y a unos 5,5 kilómetros de la presa. Lo mismo ocurrió con otros 36 pueblos de la antigua región de León, según los datos facilitados por la asociación Argusino Vive. "El progreso los llevó a su desaparición por decreto", explican desde la entidad.

Los más de 300 vecinos que tuvieron que abandonar el pueblo iniciaron una nueva vida en localidades de la comarca zamorana como Villar del Buey, Almeida de Sayago o Muga de Sayago.

También en otras cercanas de la provincia de Salamanca, Madrid, Barcelona, Bilbao o en Cascón de la Nava (Palencia), un pueblo de colonización que acogió a vecinos de poblaciones que fueron anegadas por pantanos. A él se trasladaron 14 familias de la localidad zamorana.

Fue el 30 de septiembre de 1967 cuando Argusino quedó totalmente deshabitado a cambio de indemnizaciones económicas que los vecinos recuerdan como "una miseria", ya que recibieron 50 millones de las antiguas pesetas por todo el pueblo. La familia de Glorialdo Peños fue la última en abandonarlo, según recuerda el vecino, que entonces tenía 31 años y una panadería en Argusino.

Impulsor de la construcción en 1972 mediante cuestación popular de una ermita junto al embalse, luchó en su juventud para que todos los habitantes fueran trasladados al mismo sitio. No fue posible. Tampoco la toponimia quiso hacer justicia con los vecinos, según denuncian, ya que la presa de Almendra lleva el nombre del pueblo salmantino más cercano y no del anegado, como habrían deseado.

Los argusinejos y sus descendientes celebrarán varios actos a lo largo del año, en los meses de mayo, agosto y septiembre, para conmemorar el abandono al que se vieron obligados hace medio siglo. Han creado la asociación Argusino Vive con el objetivo de mantener el contacto entre nativos y descendientes, y organizar un "digno" homenaje.

Las primeras actividades se celebrarán durante el primer fin de semana de mayo, coincidiendo con la romería de la Santa Cruz, cuya celebración el primer domingo del mes mantienen los vecinos desde hace 50 años. Entre los actos programados destaca la tradicional romería del 7 de mayo.

El 12 de agosto y el 16 de septiembre habrá actos de homenaje a las personas que tuvieron que abandonar Argusino y a aquellas que han fallecido desde entonces.

Toda la programación estará muy vinculada al agua y al embalse, según explicó Estefanía Vega, descendiente del pueblo.

También se contará con la presencia de la artista y doctora en Bellas Artes Bárbara Fluxá, que ha capturado imágenes mediante técnicas de ingeniería sonora a través de las que se ha podido registrar cómo se encuentra actualmente el pueblo bajo las aguas.