Una treintena de personas perdieron la vida hoy en un atentado suicida contra el Palacio de Justicia, en pleno centro de Damasco, en un ataque que coincidió con el sexto aniversario del comienzo de la guerra en Siria.

El número de fallecidos varía según la fuente, ya que mientras que el Observatorio Sirio de Derechos Humanos habló de 39 muertos, el jefe del Departamento de Policía de la capital, el teniente general Mohamed Jeir Ismail, lo rebajó a 30.

El Observatorio precisó que, de esas víctimas mortales, al menos 24 eran civiles, mientras que siete eran guardias y agentes policiales y el resto, de identidad desconocida.

Ismail detalló en declaraciones que "el terrorista iba vestido con uniforme militar y llevaba una ametralladora y una granada. Cuando le dieron el alto en el puesto de control (de la entrada) comenzó a correr, entró en el vestíbulo del Palacio de Justicia y se inmoló a las 13.20 hora local (11.20 GMT)".

El oficial destacó que el inmueble estaba "abarrotado de civiles inocentes" en ese momento.

El Palacio de Justicia está cerca del famoso mercado de Hamidiye, el bazar del centro damasceno.

La televisión oficial siria mostró imágenes del interior del lugar, donde hay grandes destrozos y se aprecian manchas de sangre en el suelo y las paredes.

Por otro lado, varias personas perecieron o resultaron heridas en una segunda explosión ocasionada por otro suicida con un cinturón bomba en un restaurante en la zona de Al Rabua, en el noroeste de la capital.

La agencia de noticias estatal SANA indicó que la mayoría de las víctimas, cuya cifra no precisó, eran menores y mujeres.

El ataque se produjo cuando tres presuntos terroristas eran perseguidos por efectivos de seguridad, que capturaron a dos de ellos, mientras que el tercero logró zafarse e irrumpir en el restaurante donde se inmoló, explicó la agencia.

El Observatorio señaló que ese establecimiento es frecuentado por políticos, militares y miembros de las fuerzas del orden.

En declaraciones a los periodistas en Damasco, el ministro sirio de Justicia, Neyem Edin al Ahmad, recordó que "no es la primera vez que hay ataques terroristas contra la ciudad, el turismo y las antigüedades".

El sábado pasado, la capital fue blanco de un atentado que se cobró las vidas de 74 personas, la mayoría peregrinos procedentes de Irak, de acuerdo al recuento del Observatorio, en un ataque que fue reivindicado por el Organismo de Liberación del Levante, la alianza armada de la exfilial siria de Al Qaeda.

Los medios de comunicación oficiales informaron, por su parte, de 40 fallecidos y 120 heridos por esa explosión, que tuvo lugar en un aparcamiento de autobuses a la entrada del cementerio de Bab al Saguir, en el casco histórico damasceno.

Para Al Ahmad, los atentados de hoy "no sorprenden, ya que se producen en medio de las victorias del Ejército Árabe de Siria por toda la geografía del país, así como los triunfos políticos logrados en Ginebra y Astaná, que los terroristas pretenden socavar".

Precisamente este miércoles concluyó la tercera ronda de negociaciones sobre la tregua en Siria en la capital de Kazajistán, que fue boicoteada por la oposición, que decidió no acudir al considerar que tanto Rusia, aliada del Gobierno de Damasco, como las autoridades sirias han incumplido el alto el fuego.

Durante la jornada de hoy, al menos 21 personas, entre ellas 14 menores, murieron por bombardeos, algunos de ellos de supuestos aviones rusos, contra las poblaciones de Idleb y Maarat al Masriyín, en el norte sirio, según el Observatorio.

El ataque más mortífero tuvo como objetivo Idleb, la capital de la provincia homónima, donde fallecieron los 14 menores, así como cinco mujeres y un hombre.

La provincia de Idleb está controlada casi totalmente por la coalición Organismo de Liberación del Levante y otros grupos.

Siria ha entrado hoy en el séptimo año de una guerra que ha ocasionado más de 321.000 muertos.