Los exdirectivos de Ferrovial Pedro Buenaventura y Juan Elizaga han negado hoy que los millonarios patrocinios de la constructora al Palau de la Música ocultaran comisiones a CDC, pese a admitir uno de ellos que sabía de los "contactos" del expresidente de la entidad Fèlix Millet en la Generalitat.

Pedro Buenaventura, ex director general de Ferrovial, y Juan Elizaga, que era responsable de relaciones instituciones de la constructora, han declarado hoy ante la sala de la Audiencia de Barcelona que juzga el saqueo del Palau de la Música, un caso por el que la Fiscalía les pide cuatro años y medio de cárcel.

El interrogatorio de los exdirectivos, que han respondido a todas las partes excepto a la acusación popular ejercida por la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB), ha tenido lugar tras intensos días de declaraciones marcadas por la delación de los exresponsables del Palau, que han asegurado que CDC cobraba a través de ellos comisiones de Ferrovial a cambio de la adjudicación de obra pública durante los gobiernos de Jordi Pujol.

Como ya hiciera ayer el extesorero de CDC Daniel Osàcar, para quien la Fiscalía pide siete años y medio de cárcel, los exdirectivos de la constructora han negado con "rotundidad" el pago de comisiones ilícitas y han asegurado que ni siquiera conocían a los responsables de finanzas de la formación nacionalista.

Según la versión de Buenaventura y Elizaga, los patrocinios que Ferrovial destinó al Palau de la Música, que ascendieron a más de 11 millones de euros entre los años 2001 y 2010, pretendían dar a conocer a la constructora en Cataluña asociándola a una institución de "prestigio", lo que les permitió que su facturación en esta comunidad alcanzara los 200 millones, partiendo de cero.

"El Palau es una entidad con un prestigio impresionante y queríamos asociarnos a su marca para introducirnos en el mercado catalán", ha defendido Juan Elizaga, que ha justificado así las generosas aportaciones de Ferrovial como miembro de honor de la entidad cultural y patrocinador del ciclo de conciertos Palau 100 y su inversión en las obras de rehabilitación del edificio modernista.

Precisamente, esas obras de reforma, un proyecto "complejo" que sufrió repetidos retrasos en la ejecución explican, según Buenaventura, las numerosas reuniones que mantuvo con Fèlix Millet, unas citas que figuran en las agendas incautadas a los exresponsables del Palau de Música.

"Una vez se forma la liquidación ya no existe ni una reunión más", ha añadido el exdirectivo, que ha reconocido haber asistido a una reunión con Millet y con el exdiputado de CDC Jaume Camps -exculpado del caso Palau por prescripción- para pedir que el político convergente y abogado mediara en los conflictos derivados del proyecto de reforma.

"Miramos si podíamos llegar a un acuerdo. Nos fiábamos de él y decidimos que hiciera como de hombre justo. Es que había amenaza de penalización por el tema del plazo de las obras", ha argumentado.

El fiscal Anticorrupción Emilio Sánchez Ulled ha tratado de poner en un brete al exdirectivo, al mostrarle varias misivas que Millet se intercambió con la constructora con expresiones como "atender a las necesidades que tú sabes", "atender los pagos que tú ya conoces y me están reclamando" o "presión", así como alusiones a concursos de licitación.

Buenaventura se ha desvinculado de esos documentos -incluso sin reconocer como suya la firma de una de las cartas- y ha afirmado que tienen que "contextualizarse" en relación con los conciertos del Palau que Ferrovial patrocinaba, aunque ha dicho no tener explicación a las alusiones a procesos de adjudicación.

Concretamente, el exdirectivo ha restado importancia a una carta que le ha mostrado el fiscal relativa a la construcción de un pabellón deportivo en Sant Cugat del Vallès (Barcelona) -una de las obras por las que la Fiscalía sospecha que Ferrovial pagó comisiones- y ha opinado que ese proyecto, con un presupuesto de 4 millones, era insignificante sobre la facturación global de la constructora, de 4.500 millones de euros.

Una de las documentos exhibidos en el juicio, firmada por el predecesor de Buenaventura al frente de Ferrovial Rafael Puig-Pey, ha dado pie a que el acusado reconociera que era consciente de que Fèlix Millet "tenía contactos" que "podían ayudar en el tema privado a la constructora".

"Bien, esta palabra ''contactos'' me ha costado hora y media que saliera", le ha espetado el fiscal, a lo que Buenaventura ha aclarado que sabía de la influencia de Millet por Puig-Pey y que éste le había dicho que el saqueador confeso "podía tener contactos con la Generalitat".