La fiscal ha mantenido hoy su petición de 18 años de cárcel por asesinato para los padres a los que acusa de haber dejado morir a su bebé tras un parto que realizaron por su cuenta en su casa de Vecindario (Gran Canaria), porque considera demostrado que "no lo querían y lo mataron".

Al presentar sus conclusiones finales ante el Jurado que juzga el caso en la Audiencia de Las Palmas, la fiscal Blanca Hernández ha pedido que se condene por estos hechos a los dos procesados, Sara M., de 25 años, y Jacinto S.H., de 59, ya que entiende que está "totalmente acreditado" su culpabilidad.

El Ministerio Público sostiene que, tras nacer la niña, los dos "esperaron a que se muriera" y "no hicieron nada para evitar" su fallecimiento, que era "evidente" que se iba a producir si no le prestaban ningún tipo de cuidado, como se concluye de las pruebas practicadas y en sus numerosas contradicciones.

La fiscal ha argumentado que en sus primeras manifestaciones ante la Guardia Civil y los médicos que les atendieron ambos reconocieron que "veían cómo su bebé se apagaba y que se había muerto" a las 03.00 de la madrugada del día 2 de mayo, después de que ella diera a luz en su casa sobre las 10.00 horas del día anterior.

Así mismo, ha dicho que el padre tuvo muchas opciones para evitar la muerte del bebé, pero "la verdad es que no quería que su esposa se enterara" de que había tenido a una hija con otra mujer.

La fiscal ha hecho hincapié en su alegato ante el Jurado en que en este caso no se está sancionando los partos en casa, que se pueden llevar a cabo con garantías, sino una muerte buscada de forma "alevosa".