La Fiscalía pide doce años de cárcel para cada uno de los siete miembros de una red internacional que introducía cocaína en Canarias en veleros a través de Cabo Verde y a la que Vigilancia Aduanera abordó en 2013 en aguas internacionales con un cargamento valorado en 134 millones de euros.

En sus conclusiones provisionales, que defenderá en un juicio que celebrará el lunes la sección primera de la Audiencia de Las Palmas, el Ministerio Público argumentará que los acusados formaron parte de esta organización desde la primera mitad de 2012 y hasta julio de 2013.

La banda la integraba una rama caboverdiana, proveedora de la cocaína, y otra canaria, que devolvía a Cabo Verde a través de "correos" parte de lo recaudado con la venta de la droga.

La parte canaria de la organización se encargaba del depósito y la distribución de la droga y con ella colaboraba un estadounidense, quien, con la ayuda de su mujer, de nacionalidad australiana, otro americano y un británico, era el responsable de transportar los estupefacientes por vía marítima.

Uno de los miembros de la rama caboverdiana de la organización viajaba a Gran Canaria y era el enlace de la rama canaria, a la que transmitía la información relativa a los pormenores del transporte de la droga y recaudaba el dinero conseguido con su venta para llevarlo a Cabo Verde.

Parte del dinero conseguido en 2012 con la venta en Gran Canaria de pequeñas cantidades de droga que introducían, vía Lisboa o Madrid, en la islas "correos o mulas" procedentes de Cabo Verde, la organización pudo financiar la adquisición de un importante cargamento de cientos de kilos de cocaína en Suramérica, que transportó hasta Cabo Verde para que fuera luego introducida en el archipiélago español.

Fue así como el estadounidense que colaboraba con la rama canaria de la banda organizó el viaje de Gran Canaria a Suramérica de su velero "Maid of Orleans", que tenía atracado en Pasito Blanco y posteriormente en Las Palmas de Gran Canaria.

Esta expedición partió de Gran canaria el 10 de abril de 2013 con el fin de "cargar allá una gran cantidad de cocaína para introducirla finalmente en Canarias vía Cabo Verde".

Tras embarcar la droga en Brasil, el 17 de abril de 2013 el velero fue abordado en aguas internacionales por miembros del servicio de Vigilancia Aduanera, que en esta operación se interceptó de 500,25 kilos de cocaína con una riqueza media del 86,64 % equivalentes a 8,4 millones de dosis y con un valor de 134,4 millones de euros.

A la pena de 12 años de cárcel que solicita para cada miembro de la organización, al considerar que han incurrido en un delito contra la salud pública, la Fiscalía suma otros tres años para el estadounidense y su esposa australiana por un supuesto delito de tenencia ilícita de armas prohibidas.

De igual forma, pide otros dos años de cárcel para el responsable de la rama canaria por un supuesto delito de tenencia de arma de fuego corta reglamentada sin la correspondiente licencia o permiso.

Por esta causa, cinco de los siete acusados permanecen en prisión desde julio y agosto de 2013.