El estrés se genera cuando las personas toman decisiones en la que la parte racional y la emocional no van de la mano sino que una se impone frente a la otra, según explicó el catedrático de Psicobiología de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) Ignacio Morgado.

El también director del Instituto de Neurociencias de la UAB aseguró que es un error social considerar que razón y emoción son enfoques contrarios y subrayó que estos dos conceptos deben ser complementarios.

Morgado, que recientemente ofreció una conferencia en Tenerife titulada, igual que su último libro, "El cerebro: una fábrica de ilusiones", comentó que en la toma de una decisión interviene sin que la persona se dé cuenta tanto la razón como la emoción.

Para que la razón pueda ser aislada de la emoción o al revés tiene que haber una enfermedad que impida que el cerebro funcione de forma correcta, indicó el científico, quien recalcó que el cerebro humano es un sistema funcional, lo que significa que todas sus partes están continuamente entrelazándose e influyéndose.

Según Morgado, una persona que tenga un problema emocional no razona bien y una persona que tenga un problema de racionalidad no tiene emociones normales. Por ello, las decisiones menos comprometedoras y más beneficiosas se toman cuando se acopla lo que se siente con lo que se piensa.

"¿Cómo se soluciona esta situación? Sincronizando razón y emoción", aseguró el catedrático, quien aconseja buscar una explicación lógica para acoplar emoción y razón y poner así fin al estrés.

Ignacio Morgado explicó que la idea es que el encéfalo no percibe el mundo tal y como es exactamente sino que transforma las cosas como si fuese una fábrica de ilusiones, "lo que no significa que no exista lo que veamos, olamos o sintamos", manifestó.