Juan Rodríguez Bello, concejal del PSOE, asegura que "el tripartido (CC-PP-C''s) aboca a Granadilla de Abona al estrangulamiento económico renunciando al futuro de las energías renovables". En su análisis de los primeros 100 días de gestión, el edil socialista asegura que "la nula visión de futuro del tripartito okupa hace que Granadilla pueda perder su mayor oportunidad para diversificar el modelo productivo actual".

En esa línea, quien estaba llamado a suplir a Jaime González en la Alcaldía recuerda "su no al puerto de Granadilla en el año 2007, al gas en el pasado año y a la apuesta por las energías alternativas, a pesar de tener este municipio dos parques eólicos concedidos". La gestión de estas instalaciones requería "una apuesta económica decidida en el presupuesto municipal de 2017, apuesta que brilla por su ausencia. Eso aleja a Granadilla del proyecto socialista tendente a convertir al en un municipio sostenible, lo que hubiera atraído cientos de millones de inversión con efectos muy positivos en el empleo y el tejido industrial".

Juan Rodríguez afirma que el resumen que hace el alcalde de sus primeros 100 días de gestión "es un insulto a la inteligencia de los granadilleros. ¿Quién se cree que aprobar el presupuesto antes de fin de año (no entrará en vigor antes de febrero) es la solución para los problemas de los granadilleros?". Para el concejal del PSOE, "causa risa que Regalado quiera atribuirse el mérito de terminar con el paro en 100 días de mala gestión".

Tras tres meses de "gobierno okupa", los socialistas afirman que "se ha vuelto a instaurar en Granadilla la política del no a todo, condimentada con una clara falta de visión de futuro y un absoluto desconocimiento de la administración y de su funcionamiento". Para paliar tal situación, "ceden las riendas de la gestión municipal a Carlos Alonso y Fernando Clavijo, máximos exponentes de la ATI más retrograda y rancia, quienes dirigen cual marionetas al alcalde Regalado y a los concejales okupas. Son ellos los que van a marcar el futuro de este pueblo".

Para los socialistas, "si hubiera que resumir mucho, diríamos que un tripartito unido por los sillones y no por un proyecto compartido de pueblo o un modelo económico ocupó el poder. Un nuevo gobierno que aplica el fanatismo ideológico y el rodillo como única premisa política, la oscuridad en la gestión como norma y el desprecio a sus rivales".