La tasa global de incidencia de la gripe aumentó en la primera semana del año, del 2 al 8 de enero, hasta los 174,5 casos por cada 100.000 habitantes y presenta una "evolución creciente", con un nivel de intensidad "bajo" en general, pero "muy alto" en Castilla y León.

Estos son los últimos datos del Sistema de Vigilancia de la Gripe en España dados a conocer ayer, como cada jueves, en la web del Instituto de Salud Carlos III.

El nivel de intensidad de la gripe es muy alto en Castilla y León, medio en Baleares, Cataluña, Cantabria, Melilla, Navarra, La Rioja y País Vasco, y bajo en el resto de redes centinela; la difusión de la enfermedad es epidémica en todo el territorio salvo en Andalucía, Canarias, Ceuta, Comunidad Valenciana y Extremadura, donde es "esporádica".

Esta temporada 2016-2017 la onda epidémica de la gripe comenzó seis semanas antes que en la pasada campaña y lo hizo con una tasa de incidencia de 63,62 casos por 100.000 habitantes, en la semana del 12 al 18 de diciembre.

Los gobiernos autonómicos afrontan este adelanto del umbral basal con el refuerzo de las plantillas del personal sanitario, así como con la ampliación de camas en los centros. Además, se han tenido que posponer cirugías programadas no urgentes.

Sobre esta situación, la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública denunció que la "saturación" de los servicios de urgencias no se debe a la epidemia de la gripe sino a los "recortes" en el Sistema Nacional de Salud (SNS). A su juicio, los recortes han supuesto una reducción de más de 10.000 millones de euros (en torno al 18%), de 6.000 camas operativas (5,1% de descenso), y de más de 25.000 trabajadores.