Una de cada cinco empresas, en concreto el 20,7%, aplicaron medidas de flexibilidad interna el año pasado, frente al 24,3% que recurrió a estos mecanismos en 2014 y el 27% que lo hizo en 2013, según la Encuesta Anual Laboral 2015 realizada por el Ministerio de Empleo a más de 305.000 empresas con cinco o más trabajadores.

Entre las medidas de flexibilidad interna se incluyen principalmente la modificación sustancial de las condiciones de trabajo (salario, jornada, horario, sistema de remuneración), la movilidad funcional o geográfica, la suspensión temporal del contrato o la reducción de jornada, y los cambios de contrato por distinto tipo de jornada.

De entre estos tipos de medidas, el 11,7% del total de empresas aplicaron medidas que afectaron a cambios de tipo de jornada en el contrato, el 8,6% a la jornada laboral, el 2,7% al sistema de remuneración y cuantía salarial, el 1,6% a la movilidad funcional y el 1,8% a la movilidad geográfica.

El porcentaje de empresas que han aplicado medidas de flexibilidad interna es más elevado cuanto mayor es el tamaño de la empresa. Así, del 17,1% de las empresas de 5 a 9 trabajadores que recurrieron a estas medidas se pasa al 51,1% en las empresas de más de 499 trabajadores.

Por otra parte, el 34,8% de las empresas, independientemente de haber aplicado medidas de flexibilidad interna o no, adoptó otras medidas de ajuste el año pasado: el 16,3% despidió trabajadores, el 19,6% redujo costes no laborales, el 11,3% recortó inversiones y el 9,4% rebajó el volumen de trabajadores con contrato temporal.

Finalmente, el 55,9% de las empresas no aplicaron ni medidas de flexibilidad interna ni las mencionadas medidas de ajuste.

La encuesta revela además que para el 83,4% de las empresas con convenio colectivo, éste se adapta bastante o mucho a sus necesidades, frente al 82% de 2014 y el 79,5% de 2013.

En 2015, el 77,3% de las empresas proporcionaron algún tipo de formación a sus trabajadores, frente al 75% de 2014 y el 74,2% de 2013. La proporción de empresas que dan formación se incrementa según aumenta el tamaño, siendo el porcentaje del 70,6% en las de 5 a 9 trabajadores y del 99,4% en las empresas de más de 499 trabajadores.

LA TEMPORALIDAD, PRINCIPAL VÍA DE AJUSTE

Según la encuesta, el número de empresas que prevén incrementar su plantilla en 2016 y en los primeros meses de 2017 ha bajado del 11,6% de hace un año al 10,6%. No obstante, este porcentaje se eleva al 27,7% en las empresas de más de 499 trabajadores y al 26,4% en las que tienen entre 250 y 499 empleados.

Por actividad económica, la mayor previsión de aumento de las plantillas, con un 22,4%, la registra el sector de información, comunicaciones, actividades financieras, de seguros e inmobiliarias, seguido de actividades administrativas y servicios auxiliares (14%) y transporte y almacenamiento (13,8%).

Por el contrario, el 12,1% de las empresas considera que podría reducirse el número de trabajadores de la construcción durante el próximo año. Por su parte, el 88,2% de las empresas prevé que el personal del sector de hostelería se mantenga estable.

Las empresas que prevén incrementar el empleo cubrirían estos puestos de trabajo mayoritariamente con contrato indefinido (71,1%) para el grupo de directivos, técnicos y profesionales con titulaciones superiores; casi por igual entre contrato indefinido y contrato temporal para los técnicos y profesionales de apoyo y empleados contables, administrativos y otros empleados de oficina, y recurrirían de manera mayoritaria al contrato temporal en el resto de las ocupaciones, especialmente en personal no cualificado (75%).

Ante un repunte de la demanda relevante y de cierta duración, el 36,6% de las empresas apostaría por contratar nuevo personal indefinido, frente al 31% que declaró lo mismo en la encuesta de 2014 y el 19,3% que lo hizo en la de 2013. Al mismo tiempo, entre 2013 y 2015 se ha reducido desde el 68,1% al 48,1% el número de empresas que optaría por contratos temporales si se incrementara la demanda.

Para afrontar una reducción de la demanda, el 68,9% de las empresas reduciría costes no laborales y el 57,7% recortaría costes laborales (este porcentaje era del 67,1% en 2013).

De entre aquellas que reducirían los costes laborales, casi la mitad despediría trabajadores temporales (49,9%) y el 11,6% a fijos. El 21,9% preferiría recortar el número de horas trabajadas, con la consiguiente rebaja salarial, mientras que el 9,4% optaría por reducir la parte variable de las retribuciones.