Comercios y compañías de servicios se han apuntado masivamente un año más al "Black Friday" o Viernes Negro, una campaña de descuentos que hoy vive su día central y que en esta ocasión se saldará con un aumento de las ventas que, según distintos informes, se situará entre el 20 % y el 30 %.

Este incremento vendrá dado porque cada vez son menos las firmas que permanecen ajenas a este fenómeno y cada vez son más los españoles que se animan estos días a adelantar sus compras de Navidad o equiparse de ropa y tecnología a buenos precios.

"Pese al mal tiempo, vemos las ciudades más animadas, con mayor tráfico peatonal que en cualquier otro viernes. Esperamos que la lluvia no lastre en demasía las ventas, que vivirán su punto álgido esta tarde, con el fin de la jornada laboral", han explicado hoy desde la Confederación Española del Comercio (CEC).

Según la patronal del pequeño y mediano comercio, los comerciantes se muestran ilusionados con los resultados de esta jornada de "fuertes" descuentos, que en muchos casos se alargará hasta el sábado.

"La animación e ilusión que se da en los ejes comerciales recuerdan a la que había en las rebajas tradicionales", pues, desde su liberalización en 2012, los "carteles" rojos que las acompañan han dejado de ejercer el efecto llamada que tenían sobre los consumidores.

Entre los sectores más activos a la hora de hacer promociones, destacan las tiendas de moda y complementos, la tecnología, los concesionarios y las aerolíneas, que prácticamente en su totalidad ofrecen estos días vuelos con descuentos.

El Viernes Negro nació en Estados Unidos como una jornada de fuertes descuentos en el comercio el día siguiente al de Acción de Gracias para dar el pistoletazo de salida a la campaña de Navidad, lo que genera largas colas a las puertas de los establecimientos.

Se dice que su nombre se debe a que permite pasar a las tiendas de los números rojos a los números negros, o lo que es lo mismo, de pérdidas a ganancias.

Con la irrupción del comercio electrónico surgió el "Ciberlunes" (Cyber Monday), en el que las tiendas daban salida vía internet a lo que no lograban vender el viernes.

Ambas tradiciones estadounidenses se implantaron hace apenas cinco años en España, en plena crisis de consumo, por los grandes operadores, y pronto fueron aceptados por los usuarios, arrastrando así rápidamente a la totalidad del comercio a ofrecer descuentos esos días.

El atractivo del Viernes Negro pronto fue visto por compañías ajenas a las grandes superficies, cadenas o pequeños comercios, y, hoy por hoy, se apunta a este festival del consumo la práctica totalidad del comercio y muchas compañías de servicios, como energéticas, operadoras de telecomunicaciones, cadenas hoteleras, restaurantes o clínicas.

Según Nominalia, este año cuatro de cada cinco españoles comprará algo con motivo del Viernes Negro (el 26,5 % más que en 2015) y se gastará una media de 186,5 euros, el 28,5 % más.

Cada español se gastará esos días 221 euros, el 24 % más que el año pasado, según un estudio elaborado por Worten y GfK, que desvela que el Viernes Negro es ya el segundo momento de mayores compras del año, tan sólo por detrás de Reyes y superando a Papá Nöel.

La rápida aceptación de estos descuentos ha conllevado que las compras de Navidad se adelanten cada vez más, según un estudio de Deloitte, que revela que una quinta parte del gasto navideño se hará en noviembre, mes que hace unos años sólo concentraba el 4 % de las compras para esas fiestas.

Según American Express, cuatro de cada diez españoles aprovechará los descuentos del Black Friday para comprar regalos de Navidad.

En internet, moverá 1.267 millones, el 13,12 % más que en 2015 y el 5,3 % del volumen total de negocio de este año del comercio electrónico en España, según datos de la Asociación Española de la Economía Digital (Adigital), que revelan que el 81 % de las empresas hará promociones especiales, el 17 % más.