Todas las manifestaciones de los vecinos de la calle La Florida y alrededores, en el santacrucero barrio de San Andrés, coinciden en que el homicidio registrado el pasado lunes, por el que Tomás de las Casas, de 49 años, presuntamente mató a su hermano José María, de 38, fue producto de una situación "límite", en la que el primero no aguantó más el comportamiento violento, conflictivo, de maltratador e, incluso, de enfermedad mental de la víctima.

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron a Tomás de las Casas. Todos los vecinos consultados en la jornada de ayer por EL DÍA coincidieron en calificar a Tomás como un hombre "callado, trabajador, respetuoso y bueno".

Hombres y mujeres de diferentes edades consideran que Tomás "aguantó muchos años" una situación insostenible protagonizada por su hermano José María. Ambos convivían con su madre en una vivienda de dos plantas situada en una de las laderas de San Andrés.

El fallecido supuestamente era un maltratador habitual de su madre, la mayoría de veces en la casa, aunque hay residentes en la zona que también lo vieron pegar a su progenitora en la calle.

Dos de las personas consultadas comentaron que hasta el propio Tomás llegó a sufrir agresiones a manos de su hermano.

Uno de los últimos episodios de maltrato psicológico a su madre protagonizados supuestamente por José María ocurrió durante la noche del pasado jueves, cuando le tiró varios calderos al foso de una escorrentía próxima.

En otras ocasiones, tiraba ropa o, según los vecinos, escuchaban gritos y ruidos, "como si estuviera rompiendo muebles en su casa".

Por otro lado, dos jóvenes que residen en una casa próxima al lugar donde ocurrieron los hechos explicaron que Tomás era el único que aportaba dinero a su familia.

Una mujer de la misma edad que el detenido y las dos jóvenes citadas comentan que José María hacía tiempo que debía estar en un centro adecuado para atender su problema de alcoholismo, adicción a las drogas y su problema de salud mental.

De hecho, su actitud violenta también le granjeó problemas en algunos bares de San Andrés.

Por circunstancias que investiga el Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía, el pasado 2 de mayo, día festivo, presuntamente Tomás no soportó más la presión y asestó, al menos, una decena de puñaladas a su hermano.

Al parecer, el propio autor confeso llamó a la Policía y los servicios de emergencia para que acudieran a su vivienda porque había apuñalado a su hermano.

Hasta la vivienda se desplazaron agentes del Grupo de Seguridad Ciudadana del Cuerpo Nacional de Policía, así como ambulancias del Servicio de Urgencias Canario (SUC).

Al llegar dichos recursos, José María aún seguía con vida. Según fuentes policiales, se estaba desangrando.

Su hermano Tomás continuaba en el interior de la vivienda y ya entonces se mostraba muy nervioso, porque empezaba a ser consciente de la magnitud de lo que había pasado. Y se preguntaba: "¿qué hice?, ¿qué hice?".

El presunto autor se mostró, en todo momento, colaborador con los funcionarios policiales.

Los mencionados agentes recuperaron el arma blanca con la que se llevó a cabo el homicidio.

José María fue trasladado en una ambulancia hasta el área de Urgencias del Hospital Nuestra Señora de la Candelaria, donde falleció alrededor de las 18:00 horas, según las fuentes consultadas.

En la jornada de ayer se practicó la autopsia al cadáver en el Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife.

El arrestado será puesto en las próximas horas a disposición del Juzgado de Instrucción que se encuentra en funciones de guardia en la capital tinerfeña esta semana.

Una paliza, insultos, amenazas y provocaciones

El suceso trágico registrado en la casa donde vivían los hermanos Tomás y José María el pasado lunes a mediodía pudo fraguarse durante años de mala convivencia. Además de sus familiares directos, otros vecinos aseguran que fueron víctimas del carácter, las adicciones y la posible enfermedad mental del varón fallecido. Pablo, Josefa, el marido de esta y Begoña viven en unas viviendas anexas al inmueble donde ocurrieron los hechos. Pablo relató a EL DÍA que, una vez, José María, conocido en San Andrés como "Tuqui", tocó en la puerta de su casa y él, como no tenía mirilla en su puerta, abrió. Lo empujó y le empezó a propinar golpes en la cara por todo el pasillo central de su casa. Pablo relata que lo denunció, y que tuvo dos juicios con el ahora fallecido, pero de ambos "Tuqui" salió absuelto. Uno de los juicios se celebró hace aproximadamente cuatro años y medio. Josefa explica que a la víctima "nadie la quería, porque era muy conflictiva". Y matiza: "El hermano es una bella persona, educado, trabajador y no se metía con nadie". Josefa comenta que del ahora fallecido recibió "insultos y palabras muy graves, como puta o borracha". En una ocasión, le dijo a dicha mujer, de más de 70 años de edad, que, si quería, se bajaba los pantalones para que le realizara una felación. El marido de Josefa explica que "estaba cansado de que me amenazara de muerte". Además, desde que lo veía de lejos, lo insultaba. Begoña señala: "Teníamos miedo. Oíamos los estampidos rompiendo muebles y no salíamos por temor". Otros vecinos de las inmediaciones de la calle La Florida consideran que la forma de ser del hermano ahora detenido no encaja con los perfiles de personas que pasan muchos años en prisión. Consideran que la situación por la que está pasando en estos momentos "no se la merece, ya que durante años aguantó en silencio un problema familiar muy grave". Los agentes del Grupo de Homicidios de la Brigada Provincial de Policía Judicial continuaron en la jornada de ayer con la instrucción de las diligencias, que serán remitidas en breve a la autoridad judicial.