UGT celebra del 9 al 12 de marzo su 42 Congreso Confederal, el de la despedida de Cándido Méndez tras 22 años como secretario general y el de la refundación del sindicato, en el que se completará el proceso de fusión de federaciones sectoriales, que se reducen de seis a tres.

UGT suma 128 años de historia desde que en 1888, el 12 de agosto, celebrase en Barcelona el congreso constituyente en el que se aprobó, entre otras cuestiones, el establecimiento de salarios mínimos, la jornada de ocho horas y la elección de Antonio García Quejido como presidente del sindicato.

Fue el PSOE el que impulsó la creación de una organización sindical socialista y estableció como requisito imprescindible para el ingreso en el partido la militancia en el sindicato.

En 1899 se celebra el sexto Congreso en el que se decide el traslado de la sede de Barcelona a Madrid y el presidente del PSOE, Pablo Iglesias, pasa a ocupar también la presidencia del sindicato.

La muerte de Iglesias en 1925 dejó la responsabilidad del sindicato en manos de Julián Besteiro y Francisco Largo Caballero, dos figuras claves en el socialismo del momento, que ocuparon la presidencia y la secretaría general, respectivamente.

Con el comienzo de la Guerra Civil la organización supeditó sus acciones a la defensa de la legitimidad nacional.

Durante la dictadura franquista UGT trasladó su sede a Toulouse y celebró 12 congresos en el exilio, mientras que en España entre 1945 y 1953 fueron detenidas y encarceladas cinco comisiones ejecutivas del sindicato.

La organización volvió a reunirse en suelo español en abril de 1976, en Madrid, donde celebró su 30 Congreso con Nicolás Redondo como secretario general y cuando aún faltaba un año para la legalización de los sindicatos.

Redondo fue reelegido secretario general del sindicato, cargo al que añadía el de vocal de la comisión ejecutiva del PSOE y diputado por Vizcaya hasta su renuncia al escaño en 1987 por discrepancias entre el sindicato y el partido.

El sindicato respaldó en el 32 Congreso (1980) la integración de España en la Comunidad Económica Europea pero no en la OTAN, lo que supuso el inicio de las primeras divisiones entre los partidarios de un sindicalismo supeditado al PSOE y los que querían tener una organización autónoma.

La falta de sintonía entre ambas organizaciones se tradujo en la participación de UGT en cuatro huelgas generales contra la política de los gobiernos socialistas presididos por Felipe González (20 de junio de 1985, 14 de diciembre de 1988, 28 de mayo de 1992 y 27 de enero de 1994) y la retirada del apoyo al PSOE en las elecciones europeas de 1989.

En 1994 se celebró el 36 Congreso, considerado como el más conflictivo de la historia de UGT y en el que Cándido Méndez fue elegido secretario general, en sustitución de Redondo, después de que el crítico Manuel Fernández "Lito" renunciase a presentar otra candidatura alternativa.

Este congreso estuvo marcado por el escándalo de la cooperativa Promoción Social de Viviendas (PSV) -que estaba avalada por el sindicato y por la que UGT tuvo que hipotecar su patrimonio para hacer frente a las indemnizaciones-, así como por la división interna del sindicato y por la crisis económica.

Al año siguiente se convocó un congreso extraordinario para resolver la crisis de sucesión en el que por primera vez en la historia de la UGT las votaciones fueron individuales y secretas. Esta vez "Lito" presentó su candidatura pero Cándido Méndez volvió a salir elegido.

El 39 Congreso (2005) fue el primero que contó con la presencia de un presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE), quien aprovechó la invitación para solicitar la colaboración del sindicato en la nueva reforma de las pensiones.

El 40 Congreso se celebró en abril de 2009 con el lema "El trabajo es Primero", en referencia a la precariedad del empleo acorde con los tiempos de crisis económica y de medidas de ajuste aplicadas por el Gobierno.

En el 41 Congreso, celebrado en 2013 cuando a UGT ya le había salpicado el caso de los ERE en Andalucía, Cándido Méndez fue reelegido para un sexto mandato, el último, una vez que se acordó limitarlos a tres.