De la Rambla a la avenida Marítima y de Viera Clavijo hasta Ramón y Cajal. Basta recorrer este rectángulo, apenas una parte de la geografía del centro de la ciudad, para visualizar un gran número de obras iniciadas, con cimientos, espacio para garajes o incluso con "esqueleto" ya formado, que un día se iniciaron y nunca se han acabado. Algunas datan de hace siete u ocho años, en el inicio de la crisis y la explosión de la burbuja inmobiliaria, pero otras ya llevan décadas de abandono y a medias.

Entre Juan Pablo II y la Rambla de Santa Cruz, lo que fue la churrería la Madrileña. O en Pérez de Rozas, esquina Álvarez de Lugo, un caso singular, con un agujero interior desde hace décadas. La falta de cimientos originó la aparición de grietas y el desalojo de los vecinos del edificio colindante a finales de 2014. Ha habido obras de apuntalamiento, lo que supone un caso excepcional.

Más escenarios: Ramón y Cajal, entre Álvarez de Lugo y Benavides; calle La X o Callao de Lima, entre Pi y Margall y Viera y Clavijo. Y en Duggi, como en la calle Serrano esquina con Castro.

Otro ejemplo destacado: San Clemente entre Viera y Clavijo y El Pilar con trasera a Jesús Nazareno. En avanzado estado de construcción... Parada.

Hace años "se quedó" otro inmueble en la manzana de Imeldo Serís, Valentín Sanz y Ángel Guimerá. Queda el solar.

En la prolongación de Ramón y Cajal, Juan Padrón, Miraflores Carmen Monteverde o San Francisco de Paula. Por no hablar de Doctor Allart y La Palma, casos "sangrantes". En la plaza de Europa, la avenida Marítima y Bravo Murillo. De la calle Candelaria y Santo Domingo a San Sebastián esquina Padre Anchieta (12 plantas en la antigua clínica Llavrés). En Los Molinos, Buenos Aires...

Las fachadas suelen mostrar un cartel con el número de la licencia municipal, la fecha de inicio de los trabajos y la prevista para la conclusión. ¿Qué conclusión? Y, sobre todo, ¿cuándo?

Dificultades para la disciplina urbanística

"Tenemos dificultades para actuar en propiedades privadas", valoró el concejal de Urbanismo, Carlos Garcinuño, quien incidió en "aspectos legales y jurídicos con una serie de trámites administrativos ineludibles que llevan a procesos largos. La ausencia de planeamiento y, sobre todo, la crisis económica, origen de la quiebra de muchas constructoras, son las causas de ese paisaje de obras paradas. La urgencia solo cabe si hay peligro para la seguridad de personas o bienes".